¿Quiénes son los culpables de las derrotas del Real Valladolid?
El Real Valladolid tiene un serio problema y es que los números no mienten y hablan por sí solos. De los últimos cinco encuentros oficiales, el Pucela ha perdido en cuatro y no ha marcado ningún gol. Solo ha sido capaz de derrotar por goleada al débil Arenas de Getxo, equipo de Segunda RFEF, en eliminatoria de Copa del Rey, competición de la que cayó eliminado por el Alavés, equipo de Segunda División. La pretemporada invernal, durante el parón del Mundial de Qatar, no fue la mejor. Se ganó por un gol la Copa Palencia, frente al Getafe; derrota frente al Athletic Club y al Lille, empate a cero con el Clermont Foot, y una nueva derrota frente al Crystal Palace.
Ahora toca depurar responsabilidades, y aunque cada palo deberá aguantar su vela pues la culpa debe ser repartida, hay un dato que señala directamente al mayor culpable de esta situación preocupante: Pacheta. Casi siempre, el cuerpo técnico es el primero en pagar los platos rotos, cuando llegan los malos resultados. Algunos aficionados señalan al entrenador burgalés por jugar un fútbol de posesión y toque desfasado, regalar los partidos lejos del José Zorrilla con rotaciones masivas para tener contentos a todos los jugadores, desgobierno en el vestuario... y otros al presidente, Ronaldo Nazario, preocupado más por defender a los futbolistas del Real Madrid, que por los intereses de su propio club, el Real Valladolid.
Pero. ¿Y la plantilla? Todo aficionado del Pucela reconoce que la planificación de esta temporada ha sido cuanto menos mejorable en materia de fichajes. Inéditos.. El alterado Feddal, que firmó por el Real Valladolid para jugar el Mundial con Marruecos y no entró ni en la lista del combinado africano, el intrascendente Malsa; un Kenedy, lejísimos de su mejor nivel y más preocupado por su lucimiento individual; Narváez, que está muy verde para jugar en Primera División; Sergio Asenjo, que va de lesión en lesión, como Escudero. Meto también, en este apartado, al internacional ecuatoriano, Gonzalo Plata, que desde Ecuador nos lo vendieron como la reencarnación de Garrincha y por el que el Real Valladolid ha hecho un gran esfuerzo económico. Diferencial en Segunda División, pero en Primera estamos viendo que no es tanto como pensábamos y le está viniendo muy grande la categoría de oro del fútbol español. Vale, pero, ¿y los demás? La plantilla no está al mismo nivel de crítica que Ronaldo Nazario y Pacheta, cuando al fin y al cabo, son los que juegan. Las únicas buenas noticias son la aparición de tres jugadores del Promesas, Iván Fresneda, que se le quiere vender en este mercado de enero; la polivalencia de un Lucas Rosa, generoso siempre en el esfuerzo, y el futuro de David Torres. Son los tres mejores “fichajes” de esta temporada en Primera División. Ahora, con el mercado de enero abierto se habla más de por cuánto dinero se venderá a Iván Fresneda y a que equipo irá; que de la contratación de posibles refuerzos para lograr mantener la categoría.
Si Pacheta es culpable, que yo no lo creo, también lo fueron los que le contrataron y, por supuesto, los que se visten de corto que, lejos de ayudar, con acciones como la de Kenedy frente al Mallorca, cuando estaba finalizando el partido, consiguen todo lo contrario. No se puede regalar un gol, que te condena a una nueva derrota, a diez segundos del final de un encuentro, y mucho menos, frente a un rival directo. Esto, en mi tierra, se llama responsabilidad compartida. Los entrenadores son hijos de los resultados. Los de Pacheta no son del todo malos, pero las sensaciones sí lo son. Por ahora, los futbolistas del Real Valladolid creen en su idea. Porque, con su permiso, a esto, señores, juegan los futbolistas. Ellos siempre son la solución y el problema. Si quieren, pueden. Si no quieren, ningún entrenador puede. Es más fácil culpabilizar a una sola persona que señalar a los ejecutivos que la ficharon y a los futbolistas que no la ayudaron. Y es aún más sencillo, machacar a los que han hecho mucho por el Pucela, porque se empieza a perder; para después pasarles la mano por el lomo cuando se vuelve a ganar. Se buscan culpables y no soluciones, pero en esto, se gane o se pierda, siempre hay responsabilidad compartida.
En la victoria, el barco de Ronaldo y Pacheta está repleto. En la derrota, quedan pocos. Y cada vez que no gana el Real Valladolid, tanto Ronaldo como Pacheta saben, porque no son ningunos ingenuos, que les esperan cientos de potenciales presidentes y entrenadores titulados en Twitter, miles de expertos en táctica porque hacen dibujitos en los periódicos y en sus redes sociales. Y no puede irse de rositas, el director deportivo del Real Valladolid, Fran Sánchez. El máximo responsable de la planificación deportiva pucelana, que tiene contrato hasta el 30 de junio de 2024 y que, cuando pierde el equipo, nadie parece acordarse de él. Porque ni Ronaldo ni Pacheta fichan o venden futbolistas, eso es responsabilidad del director deportivo.
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