Portu conserva el liderato

El Girona seguirá una semana más en lo alto de la tabla, con un punto de ventaja sobre el Real Madrid y once ya respecto al Barcelona. Un ritmo imparable que les hace seguir completamente vivos en el sueño de conquistar el título de Liga. Los de Michel salieron con el plan diáfano en busca de los tres puntos, monopolizando el balón y buscando constantemente la portería de Vicente Guaita, que tuvo mucho trabajo en los primeros minutos.

El primer aviso llegó a los diez minutos, con un derechazo de Yangel Herrera que golpeó en el exterior de la red celeste. Sólo dos minutos después, Dovbyk cabeceó un saque de esquina ejecutado por Aleix García, obligando a Guaita a emplearse a fondo. El Celta replicó con una contra dibujada por sus laterales. Manu Sánchez puso la directa por la izquierda y Mingueza remató desde la frontal, un disparo que rechazó Gazzaniga con firmeza.

En la siguiente acción, Portu encontró la llave. El delantero murciano recogió dentro del área un pase de Miguel Gutiérrez y ejecutó con sangre fría. Control perfecto y pase a la red, imposible para Guaita. Por el camino hubo el habitual despiste de la zaga olívica, en este caso de Starfelt, que dejó la puerta completamente abierta para que Portu entrase hasta la cocina. El tanto dio confianza al Girona, que estuvo a punto de doblar la ventaja por medio de Tsygankov, aunque el ucraniano erró en la definición frente a Guaita.

Los pitos de Balaídos despertaron al Celta de la siesta. Mingueza, siempre en funcionamiento, puso un gran centro al corazón del área, donde Larsen cabeceó con fuerza. El remate del noruego, no obstante, fue demasiado centrado, lo que permitió que Gazzaniga reaccionase a tiempo y sacara una mano firme para evitar el tanto, con la colaboración del larguero después.

El Celta acabó la primera parte decidido a encontrar el empate, pero no fue el día de Tasos Douvikas, que falló dos ocasiones clamorosas. El griego no estuvo fino para escaparse de Gazzaniga cuando éste salió fuera del área para abortarle y después cometió un error impropio del fútbol profesional. El balón le quedó franco dentro del área tras un mal control de Arnau Tenas y, sin oposición, tomó la peor decisión posible, entregar el balón a las manos de Gazzaniga. Pudo acercarse más hacia la portería, pudo tomarse más tiempo para rematar, pero lo que hizo fue desesperar a su público con un remate infame.

La primera parte terminó con un disparo desviado de Larsen y la segunda comenzó con un tiro manso de De la Torre. Y ahí se acabó toda la producción ofensiva del Celta, incapaz de generar una sola ocasión de gol en los últimos cuarenta minutos de partido. Solo en el descuento hubo un disparo de Ristic, que Gazzaniga desvió sin mayores problemas. Balaídos acabó muy enfadado y la factura le llegó a su entrenador, que estuvo escuchar en varias ocasiones el cántico de ‘Benítez, vete ya’.