Pezzolano busca ‘otro Escudero’

El debut liguero del Real Valladolid dejó los tres primeros puntos en el zurrón y una sensación de equipo reconocible, empezando por algunos automatismos expuestos por el conjunto blanquivioleta. Además de mostrarse imponente en la defensa hacia adelante, una de las claras señas de identidad de la pasada campaña, se mantuvieron algunos hábitos que recordaron a lo vivido entonces, como el movimiento hacia adentro de Lucas Rosa, que, a falta de uno más específico, jugó de lateral izquierdo.

Así, el brasileño evocó la costumbre de Escudero de interiorizar su posición para colaborar con la creación, por un lado, y por otro, para sumar otra pieza capaz de cortocircuitar la circulación del Espanyol por esa zona, casi nula durante muchos minutos, en buena medida, gracias a la buena disposición de los vallisoletanos. No es Rosa como el de Santovenia, pero, sin embargo, apareciendo ahí lanzó varias veces al equipo en vertical, con envíos profundos, sobre las rupturas de los atacantes.

Como le sucedía al ya nuevo jugador del Deportivo de La Coruña, a pesar de ser un futbolista con un buen fondo físico, el tener que repetir esfuerzos para recoger su posición en la banda hizo mella en el lateral, al que en algún momento del segundo tiempo dio la sensación de que le costaba llegar. No obstante, en la primera mitad había tenido bastante presencia, tanto a través de los pases mencionados, como triangulando o, incluso, llegando cerca de la línea de cal para buscar el centro.

Como quiera que además el extremo de su lado fue Raúl Moro, quien se siente mucho más cómodo jugando en la izquierda que a pie natural, el Real Valladolid no extrañó contar con un carrilero al uso por ese lado, teniendo en cuenta que era el catalán capaz de romper y que en el lado contrario lo hacía Luis Pérez, quien cuajó una buena actuación. De esta manera, insistió el entrenador en algo que la temporada pasada sorprendió al principio y suscitó miradas siempre, pero que fue un acierto.

Esta insistencia de Paulo Pezzolano puede ser una pista de lo que pretende que llegue a dicha posición en este mercado: un jugador capaz de amasar balón y de ser ganador de duelos más que de replicar el perfil existente por la banda derecha. El retrato robot de algunas de las opciones barajadas a lo largo del verano, caso de Tiago Araújo, no es exactamente ese, por lo que los indicios podrían no ser del todo exactos, si bien la presencia de extremos abiertos por la siniestra invita a pensar que así podría ser, que quien llegue deberá ser ‘otro Escudero’, alguien que juegue por dentro, como, tal y como se ha visto en los últimos doce meses, le gusta al técnico.

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