Pedri pierde el balón
El canario tuvo 12 pérdidas contra el Espanyol, una rareza para un jugador fundamentalmente seguro pero al que Diego Martínez contuvo: le hicieron cinco faltas.
Aunque empiece a coger galones en su tercera temporada en la élite porque se ha ganado el estatus, es extraño ver a Pedri disconforme con un árbitro. Y más protestarle. Con Mateu acabó desesperado. El Espanyol logró sacarlo del partido a base de faltas (hasta cinco le hicieron) y eso repercutió en su fútbol. Pedri perdió 12 balones y eso sí que es una rareza para un jugador que no sólo es fiable en el toque, sino que también toma casi siempre buenas decisiones. Sin embargo, contra el Espanyol empezó algo relajado y una de sus pérdidas terminó en un contragolpe peligroso de los pericos. La media de balones perdidos de Pedri es ocho.
Pedri no se borró del derbi. Recuperó siete balones (el que más en el Barça junto a De Jong), completó 17 pases en el último tercio del campo y creó tres ocasiones, el que más en el equipo junto a Alba y Raphinha. Pero no fue el jugador fino de otras veces. Por él pasa todo el fútbol del Barça y esas doce pérdidas le quitaron continuidad al juego del equipo. Se fue crispando y terminó viendo una tarjeta en el minuto 76, impotente después de otra entrada destemplada de Vini, que lo levantó del césped.
Es 2023, de nuevo, un año fundamental para Pedri, a quien el Barça se ha empeñado en convertir, en este momento bajo de Ansu, en el jugador franquicia de su futuro. La Vanguardia explicaba este sábado que el jugador, vestido por Dolce & Gabanna y Springfield, es imagen de Plátano de Canarias (embajador), TCL (multinacional china de tecnología), Kick Out Plastic o Adidas. Empeñado en mejorar su relación con el gol, también debe mejorar en asistencias. Sólo ha dado una en la última temporada y media, aunque es cierto que su fútbol, como en su día fue el de Iniesta, tiene más con generar que con hacer números. Pedri suele ser más el del penúltimo pase. En todo caso, ya tiene rango de estrella mundial (es Golden Boy) y como tal se le va a exigir. Es el primer jugador exigente consigo mismo y doce pérdidas en un derbi son demasiadas para un futbolista que vive con el balón.