REAL MADRID-REAL VALLADOLID | PACHETA
Pacheta: “Ancelotti encaja como un guante en el Real Madrid”
José Rojo ‘Pacheta’, que dirigió su último partido con el Valladolid ante el Real Madrid, reflexiona sobre el fútbol y la vida mientras espera un proyecto atractivo que le convenza.
La última visita del Real Valladolid al Santiago Bernabéu, el 2 de abril de 2023, se saldó con una dolorosa derrota por 6-0 y la posterior destitución de Pacheta como técnico pucelano. Dieciséis meses después, y tras haber dejado atrás también una fugaz aventura en el Villarreal, José Rojo Martín (Salas de los Infantes, Burgos, 1968) reflexiona sobre el fútbol y la vida desde Quintanar de la Sierra, el pueblo burgalés de su mujer, donde juega al mus, monta en bicicleta, disfruta de la tranquilidad y sigue devorando y diseccionando fútbol mientras espera un proyecto atractivo que le convenza para volver a sentir la pasión de los banquillos.
—¿Cómo lleva los lunes al sol?
—Soy un tipo muy activo y pensé que lo iba a llevar peor, pero me he adaptado. Son ya varios meses en esta situación. Al acabar el día me pregunto si he hecho algo productivo y lo cierto es que hago muchas cosas que resultan productivas: comer con mi mujer y mi hijo, ver mucho fútbol, montar en bici o cenar con la familia. No me aburro. Estos meses de transición me han cargado de energía para volcarme de nuevo en lo que más me gusta, que es entrenar.
—¿Qué es lo que más echa de menos del fútbol en primera línea?
—Todo. Estoy enamorado del juego y todo lo que tenga que ver con ello me encanta. Es una actividad que desgasta muchísimo, pero también es maravillosa y soy un privilegiado por poder dedicarme a ello. La emoción que siento antes de cada partido, esos gatos en la barriga, hay muy pocos trabajadores que la sientan en sus oficios.
—¿Cómo recuerda aquella goleada en el Bernabéu y lo que llegó después?
—Tuvimos un comienzo fantástico porque apostamos por salir valientes, asumiendo los riesgos, pero en diez minutos nos metieron tres goles y ahí se acabó todo. Había varios internacionales que venían de estar con sus selecciones y los dejé en el banquillo para tenerlos al 100% en el siguiente duelo en casa contra el Mallorca, que era muy importante. Aun así, empezamos con un palo y dos buenas ocasiones, pero el público empezó a silbar, el Madrid se puso las pilas y nos pasó por encima porque son muy buenos. De todas formas, que nadie olvide que unos días más tarde el Madrid le metió cuatro al Barça a domicilio en la Copa.
—¿Le comunicó Ronaldo la decisión?
—No. Al día siguiente al partido, tras el entrenamiento, me llamaron para acudir al club y me lo dijeron dos colaboradores suyos. Con él no llegué a hablar, pero no le reprocho nada porque cuando firmé a mi llegada tampoco estaba él.
—Usted ha vivido destituciones esperpénticas, como la del Cartagena…
—Eso fue una locura. El presidente me echó por el consejo de una pitonisa. Cogí el equipo en diciembre y llegamos a ir primeros y segundos. Nos clasificamos para jugar el playoff de ascenso y después del último partido de la liga regular me dijo que no seguía porque una vidente le había dicho que conmigo al frente el equipo no ascendería. Eso fue así.
—En el Elche le dejaron fuera tras lograr el ascenso a Primera…
—No me renovaron. Sin embargo, al dueño, Christian Bragarnik, le sigo teniendo un gran cariño y respeto porque no me engañó. Me dijo meses antes que no seguiría porque quería rodearse de su gente de confianza. Me pareció lógico a pesar de conseguir un ascenso que a muchos sorprendió. Al menos fue honesto.
—¿En Tailandia el dueño del equipo se sentaba a su lado en el banquillo?
—Sí. En el Ratchaburi. Cuando fui sabía donde me metía porque me informé antes, pero pensé que podía lograr una buena convivencia y sintonía. La situación era inconcebible, pero logré ganarme su confianza e imponer mis criterios en el campo. Yo hablaba con él en inglés y él traducía en tailandés a los jugadores. Era como un ayudante más a pesar de ser el dueño. Durante un año y medio fui feliz allí.
—¿Otros en su lugar habrían tirado la toalla?
—Lo han hecho. Conozco a técnicos que por menos de lo que me ha ocurrido a mí han dejado la profesión. Es muy doloroso que en las cinco destituciones que he sufrido haya tenido el objetivo en la mano o que incluso haya estado por encima de lo que buscaba el club. Sin embargo, todo eso me ha hecho progresar y crecer como entrenador y como persona.
—¿Le sigue costando mucho digerir las derrotas?
—Mucho. Me considero responsable siempre, aunque a veces no haya sido culpa mía. Psicólogos y amigos llevan años diciéndome que hay que repartir la responsabilidad, pero no soy capaz de hacerlo. Si perdemos necesito unas horas de duelo. Eso sí, voy mejorando porque antes eran 30 horas y ahora son sólo 20 (risas). Durante ese tiempo no quiero relacionarme con nadie. Ni mi mujer ni mis hijos me llaman porque respetan mi dolor y el tiempo de reflexión, que me hace crecer.
—¿Qué le parece Ancelotti?
—Es un perfil de entrenador que al Madrid le viene de lujo. Es dialogante, con un carácter pausado y raramente se le ve alterado. Cada entrenador es diferente al resto y él encaja como un guante en ese equipo. Su forma de gestionar los conflictos es admirable.
“El Real Madrid es un club visionario”
—Ahora tiene el reto de encajar las nuevas piezas del puzle…
—Bendito problema. Los buenos siempre tienen sitio. Tendrán que rotar y permutar posiciones y eso, cuando esté bien rodado, será terrible para los rivales. Lo que sí quiero decir es que el Madrid es un club visionario. Es capaz de desprenderse de Cristiano, de Benzema, de Ramos, de Casemiro y muchos otros cracks y no pasa nada. Siguen ganando. Ahora se va Kroos y Modric está en su recta final y continúan teniendo un equipazo y ganándolo todo. Son visionarios en ese sentido.
—Usted jugó más de 200 partidos en Primera. ¿Ha cambiado mucho el juego y el rol de los protagonistas?
—Sí. Yo dejé el fútbol en 2003 y en estos más de 20 años el futbolista ha evolucionado muchísimo. Ahora se juegan 60 partidos en un año y corren el 40% más que nosotros y a más alta intensidad. El esfuerzo que se hace ahora es bastante mayor que el de antes. Físicamente el avance ha sido enorme. Por el contrario, en el juego echo en falta la interpretación y la astucia que hay en la calle. Ahora se entrena en academias, con grandes medios y buenos entrenadores que te hacen progresar, pero si ya no se puede llevar el fútbol a la calle soy partidario de llevar la calle al fútbol. Ahora los chicos están siete horas a la semana con el balón y antes eso es casi lo que pasábamos en un día. Aun así, el futbolista de ahora es más completo que el de antes y el fútbol actual es muy atractivo para el espectador.
—¿Si el Maradona de entonces jugase ahora seguiría siendo una superestrella?
—Sí, porque las grandes figuras lo son en todas las épocas. Maradona seguiría siendo un fenómeno, igual que Cruyff o Pelé. Se habrían adaptado a este fútbol.
“Me habría encantado tener las condiciones de Fede Valverde”
—¿Quién le parece ahora el jugador más completo, el futbolista total?
—A mí me hubiera gustado tener las condiciones de Fede Valverde. Es un centrocampista box to box, rápido, resistente, con buen manejo de balón, excelente golpeo, que es bueno en casi todo. Es uno de los jugadores que ahora más me cautiva. O que más me pone, como dicen los jóvenes.
—¿Y de su época?
—Los había muy buenos. Me llamaba la atención Raúl, porque era muy listo. Me asombró cuando jugué contra él. Me maravilló también ‘Piojo’ López por su velocidad. Otros como Schuster o Maldini también me impactaron de cerca. Eran jugadores con un aura especial.
“Bielsa es un genio, el entrenador más asombroso con el que he coincidido”
—¿Su gran inspiración como entrenador fue Bielsa?
—Sin duda. Es un genio. Creo que no lo vamos a entender del todo hasta dentro de cuarenta años. Es capaz de hacerte ver y creer que eres mejor que el rival que tienes enfrente y eso tiene un enorme valor. Muchos entrenadores copiamos de otros y tratamos de mejorar un método o adaptarlo a una idea, pero a Marcelo nunca fui capaz de copiarle los entrenamientos. Hay muy pocos técnicos que inventen, pero Bielsa lo ha hecho y lo sigue haciendo. Es profundamente estudioso, analítico, inteligente y muy pasional. Genera ilusión por el juego y te hace preguntar muchas cosas. Es, con diferencia, el entrenador más asombroso con el que he coincidido.
—Usted es muy perfeccionista y casi obsesivo a veces. ¿Eso es perjudicial a nivel mental?
—Seguro que no es bueno, pero es lo que hay y lo que me ha llevado a todos los equipos en los que he estado. Suelo dormir con el informe del rival en la mesita de noche porque me da seguridad. Es un análisis muy exhaustivo, que no me aprendo de memoria, pero me sirve de mucho. Hasta cuando voy al baño me lo llevo en la mano (risas).
—¿Ha sido usted mejor entrenador, jugador o carpintero?
—En las tres facetas he intentado esforzarme al máximo. Había muchos jugadores mejores que yo, pero trataba de dar todo para estar preparado cuando tuviese una oportunidad. Como entrenador los hay más listos y mejores tácticamente y en otros aspectos del juego, pero yo intento siempre que nadie me gane en trabajo y en dedicación. Como carpintero era igual. Estoy orgulloso de ello. Cuando doy una charla siempre acabo diciendo que es básico poner pasión en todo lo que se hace en la vida. Eso es clave.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.