Pablo Rodríguez: “Diego López ha revolucionado Turón”

Pablo Rodríguez (Turón, 1955) es paisano de Diego López, uno de los actores principales de la ‘Quinta del Pipo’. La ‘Ardilla de Ibrox’ disputó 145 partidos con el Valencia y ganó una Copa del Rey, una Recopa y una Supercopa de Europa. Desde su Turón natal atiende a AS para hablar de la irrupción de Diego López. El actual atacante del Valencia tiene revolucionado a su pueblo, el mismo que también vio nacer a Carrete, otro jugador que hizo carrera en Mestalla. Pablo Rodríguez habla de su paisano con mucho cariño y, como todos, le intuye un gran porvenir.

Antes de nada, ¿qué es de su vida?

Estuve un tiempo en la Asociación de Jugadores Veteranos del Valencia, pero ya llevo seis años en Turón por temas familiares.

Entonces, ha vivido de cerca la explosión de Diego López...

Es la comidilla del pueblo. Ha revolucionado un Turón que hay que recordar que ahora tiene sólo 4.000 habitantes y llegó a tener 25.000 porque era una localidad muy potente por la minería. Ahora, no pasa por un buen momento y es una alegría su llegada al Valencia. Sus padres tienen un bar en Turón y ponen sus partidos por la tele. Va mucha a gente a ver a Diego y al Valencia. Es un chico muy humilde, son gente de la cuenca minera. Yo conozco a Diego desde hace tiempo porque jugó con mis sobrinos. Luego, se fue al Sporting y pasó por el Madrid y el Barça. Siempre hizo goles y no entiendo que le dejaran salir sin darle la oportunidad. Llegó el Valencia y tiró de él. Diego ha caído en el sitio idóneo en el momento justo. Yo me alegro mucho.

Mucha gente le compara con Villa. En su pueblo, seguro que ya le ven el nuevo ‘Guaje’...

Eso es cierto. Cuando despunta un chico todos piensan que va a ser como Villa. Pero yo pienso que Diego puede igualarlo. Le veo un jugador especial por su velocidad y tiene mucho gol. Lo veo más rápido que Villa. Está claro que el Guaje tenía otros registros, pero Diego es muy bueno cuando tiene que jugar a dos o tres toques. Y todo eso sin estar en su puesto adecuado porque con Baraja tiene que actuar más en banda y trabajar más. Creo que en punta, sin tanto desgaste, todavía haría más goles porque es muy listo.

Pero hay que ser valiente como Baraja para apostar por Diego, Javi Guerra, Fran Pérez...

Sin duda. Le ha tocado salir en un momento de alto riesgo y muy difícil. Baraja ha sido valiente y conoce muy bien el club. Me alegro de que haya apostado por esta gente tan joven. Pero los chicos se han adaptado de maravilla y veo a un Valencia asentado. No digo que esté para jugar la Champions, pero sí está haciendo los deberes después de haberle visto las orejas al lobo el año pasado. El problema del Valencia es la dirección que tiene porque nadie sabe cómo va a terminar el club y si terminará vendiendo a estos jugadores tan jóvenes. Pero insisto, Baraja tiene mi reconocimiento porque el año pasado pensó que si moría lo haría con los chicos de la casa.

Por lo que dice, le preocupa que se desmantele esta Quinta...

Es que son muy buenos. La planta que tiene Javi Guerra es de jugador veterano y hace un tándem especial con Pepelu. Luego, está Fran Pérez, Diego, Marí... Si el club aguanta a estos jugadores, se pueden hacer temporadas buenas. Pero aquí no sabemos qué puede ocurrir mañana...

Volviendo a Turón. ¿Cree que ese ADN guerrero y minero de su localidad le hace especial a Diego?

Sin duda. La zona ha dado jugadores increíbles. Carrete, Diego y yo somos ejemplo de ello, pero han salido muchos más. Espero que Diego López deje el pabellón de Turón bien alto. Tiene todo para triunfar en el Valencia.

¿Cuánto puede valer Diego López?

El problema es el dinero y la gente inversora... En mi época, el Valencia era el tercer equipo de España. Ganamos tres títulos en tres años y ahora pienso lo que es el Valencia y me da una pena terrible. Es triste. Pero también le digo que gente como Gayà muestra lo que es ese club. No quiso irse y se ha quedado, a pesar de las ofertas.

Volvamos al pasado. Hablemos de ‘su’ Valencia...

Tuve la suerte de vivir una de las épocas más gloriosas del Valencia. Estábamos hechos para competiciones cortas, como demostramos con la Copa, Recopa y Supercopa de Europa. Nos faltó mentalidad ganadora para ir a por la Liga. Pero el fútbol ha cambiado mucho. Ahora ves a un chaval y sale con una tensión al primer partido que no es normal. Antes era todo más distendido. No se cuidaban tanto los detalles como ahora. Siempre digo la misma anécdota. En mi Valencia, teníamos un gimnasio peor que el que tengo yo ahora en casa. Comíamos lo que queríamos...

Recuérdeme lo de la ‘Ardilla de Ibrox’...

(Risas). En la época de Di Stéfano, no iba convocado a ningún partido, me declararon transferible. Ni siquiera fui de gira a Japón. Me tenían entrenando con el Mestalla. Empezó la Liga y la Recopa. No había ido convocado a ningún partido. Luego, surgió un problema burocrático con Felman y no pudo ir a jugar la vuelta contra el Glasgow, tras empatar a uno en la ida. Con la baja de Felman, me llamaron y yo no tenía ni el traje para viajar. Llegamos a Escocia y entrenamos. A mí ya me había tocado la lotería. De hecho, entrenamos en Ibrox Park y me fui a ver los banquillos para ver mi sitio en el día del partido. Nos fuimos al hotel y Di Stéfano nos tocó a la puerta a Subirats, con el que compartía habitación, y a mí y nos dijo que íbamos a salir de inicio. Yo creo que no dormí en toda la noche. Lo cierto es que ganamos 1-3 y me salió un buen partido. Lo de ‘Ardilla de Ibrox’ me lo puso el gerente Salvador Gomar porque desde la tribuna vio a un jugador que sólo se le veía el pelo afro, rizado y era muy rápido. De ahí, lo de Ardilla. Aquella noche cambió mi situación en el Valencia. Fue gracias a Di Stéfano. Un hombre que había ganado cinco Copas de Europa me dio la oportunidad y no la desaproveché. Fui feliz en el Valencia.

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