Oyarzabal llega a tiempo para cerrar 2022 a lo grande

Mikel Oyarzabal lo eclipsa todo. Que me perdonen el resto de jugadores, de la Real Sociedad y de Osasuna. También lo siento por el contexto de este último partido del año, porque se podría diseñar una previa de lo más atractiva. Un pulso entre dos aficiones hermanadas, que van a vivir los prolegómenos tomando cervezas juntas y revueltas, para brindar por el fin de año y la llegada del 2023, en un clima de total cordialidad y siendo un ejemplo para partidos de máxima rivalidad que se disputan en otros lares (sigue el encuentro en directo en As.com).

Incluso, por encima de Roberto Torres, una leyenda indudable de Osasuna que se despide viajando a San Sebastián y que es el otro nombre propio que nos deja la antesala de este pulso de proximidad geográfica. Pero es que la vuelta de Oyarzabal no es una vuelta cualquiera. Vuelve el emblema de la Real. 285 días después de su grave lesión de rodilla, regresa a una convocatoria. Veremos si juega, y cuánto juega. Pero verle entre los 22 elegidos por Imanol es una alegría. Para el fútbol en general, no solo para los realistas. Es un ejemplo, dentro y fuera; y merece empezar así, antes de que echar el candado a este año, el camino de su definitiva vuelta. 2022 quedará para siempre como un año negro para él, pero al menos termina bien, porque antes de que eche a rodar el balón nos permite cerrar con una sonrisa este 2022.

Deportivamente, ambos equipos parece que llegan enchufados. La Copa lo dejó patente, con sendas goleadas. La clasificación también lo atestigua, porque la Real cerrará seguro el año en puestos de Champions, y Osasuna puede acabalarlo en posiciones europeas. Ambos equipos afrontan esta vuelta a la Liga de manera diferente. Aunque el parte de guerra dice cosas muy diferentes. Jagoba Arrasate tiene a toda su plantilla disponible, incluidos los mundialistas Abde y Budimir, y sobre todo Roberto Torres, que todavía podrá jugar algún minuto esta jornada antes de su definitiva despedida a 18 años como rojillo.

Pero Imanol Alguacil vuelve a tener su enfermería repleta de inquilinos, y, oese a ello, podrá disponer de un equipo de plena garantías para plantar cara a Osasuna y cerrar el 2022 a lo grande. Aunque la ausencia más destacada es, sin duda, la de Merino al estar sancionado. Habrá que ver cuál es la decisión del técnico oriotarra, porque tiene diferentes variantes. Desde las más conservadoras como la entrada de Guevara o el capitán Illarramendi en el puesto del navarro, hasta otras mas valientes cómo retrasar la posición de Tae Kubo o colocar en la medular a Roert Navarro. Juegue quien juegue, es de suponer que la intención del equipo txuri-urdin no va a cambiar, que seguirá queriendo llevar la iniciativa del partido. Pero los nombres de los guerreros pueden introducir matices relevantes.

Osasuna es buen conocedor de las debilidades de la Real. No solo por la cercanía entre ambos equipos, sino también por la buena relación entre sus entrenadores. No hay secretos para ellos. Así que los rojillos no se limitarán a esperar agazapados en su defensa. Primero porque no es su estilo, y segundo porque una presión alta que dificulte la salida de balón desde atrás de la Real ya le ha dado beneficios en partidos anteriores. Osasuna es un equipo valiente, que sale a buscar el partido y a sus rivales. De esta forma, le está yendo fenomenal. Tanto que hasta el parón había sumado 23 puntazos, permitiéndole llegar a sólo tres puntos de una Real que sueña con la Champions. No hay motivos para cambiar. Para intentar cerrar a lo grande este buen 2022 para los rojillos.

El Reale Arena es el epílogo de este año para ambos, Real y Osasuna; pero sobre todo es la puerta de acceso a un 2023 en el que ambos tienen puestas muchas esperanzas, con la palabra Europa en el horizonte. Pero antes, tocará cerrar bien el 2022, es la única forma de soñar con un buen nuevo. ¿Lo hará Osasuna rompiendo su racha de 17 años sin ganar en San Sebastián? ¿Pondrá la Real el broche recuperando la tercera plaza? Preguntas con respuesta en la tarde la Nochevieja en la que Oyarzabal vuelve a una lista de convocados.