Oyarzabal empuña la criptonita del Girona

No hay tregua para el Girona. Los rojiblancos, atizados por el cúmulo de lesionados, se vieron sometidos por una Real Sociedad a la que le bastó un momento de tremenda inspiración de Oyarzabal para sumar tres puntos y enlazar cuatro jornadas de Liga sin perder. Los de Imanol respiran e instalan las dudas en Montilivi. Preocupación porque el equipo acabó fundido y dada la falta de efectivos, las próximas semanas, con Liga, Champions y Copa del Rey, pueden ser un vía crucis. Los donostiarras sonríen con fuerza y van a pedir jugar siempre con el Girona. El motivo es que, en Primera, nunca han perdido: tres victorias y 6 empates. Pura criptonita para los gerundenses.

No fue un duelo en el que el Girona no pudiese sumar, pero se quedó sin gasolina. Y eso que Míchel trató de tocar las teclas acertadas para no sufrir en exceso por el cúmulo de bajas y ordenó una defensa de tres centrales (Francés, David López y Krejci) para dar libertad, en las alas, a Arnau y Miguel. No es que sorprendiese demasiado a la Real Sociedad, pero sí que el duelo arrancó con un ritmo alto y teniendo al Girona con el control de la posesión. Los gerundenses fueron creciendo y lo hicieron a hombros de un Danjuma que probó una y otra vez, con mayor o menor fortuna, a Aramburu. Sin embargo, las grandes ocasiones fueron donostiarras. Óskarsson tuvo dos clarísimas, en el minuto 9 y en el 30′. La primera no se la creyó, tras el excelente pase de Sergio Gómez, y en la segunda fue muy bien presionado por Krejci. Pero en esta Real Sociedad quienes marcaron el ritmo fueron Barrene y Oyarzabal. Tras buenos minutos de fútbol, en el 44′ se asociaron por enésima vez y desesperaron, aún más, a Montilivi. El extremo puso un centro notable hacia un Oyarzabal que lo hizo excelente. Gazzaniga llegó a tocar su cabezazo, pero no lo desvió y el vasco se desquitó porque no marcaba, con la Real Sociedad, desde el 14 de abril (ante el Almería).

El 0-1 al borde del descanso fue un golpe para el Girona y en la segunda mitad, además, le atizó el cansancio. Tuvo momentos de perseguir sombras porque la Real Sociedad se adueñó de la posesión y con la aparición de jugadores como Take Kubo el sometimiento aún fue mayor. Eso sí, los donostiarras tampoco colocaron demasiado bajo el foco a Gazzaniga. Una falta desde la frontal del área de Brais Méndez y poco más. El paso de los minutos benefició, claro, a los de Imanol y Míchel agitó el árbol todo lo que pudo con los cambios de Stuani, Misehouy y el joven Minsu (18 años, Corea del Sur). Danjuma tuvo una buena oportunidad en el 82′, pero poco más y la Real Sociedad caminó plácida hasta el final del encuentro para sumar tres puntos que le permiten despegarse del descenso y mirar hacia arriba, a Europa, en la tabla. Lo único que le dio miedo fue el susto que dio Remiro que, en un salto en el 89′, se quejó de su rodilla izquierda. Aunque acabó el duelo y se habría quedado en nada.

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