Otra imagen mediocre del Valencia en Leeds

El Valencia no carbura. Ni en lo colectivo ni en lo individual. En Leeds el equipo de Baraja sumó una nueva derrota en esta pretemporada. La tercera en cinco partidos y los otros dos resueltos con empate a cero. Pero lo preocupante no son los resultados sino las sensaciones. A la defensa le falta contundencia y al ataque, de todo. En 15 días le visitará el Barcelona en Mestalla y ahí ya habrá tres puntos en juego. Veremos si con el regreso de Mamardashvili, Mosquera, Yarek, Diego López y alguno de los lesionados (Fran Pérez, Canós...) le da para más. De momento, con Dimitrievski, aunque fuera otra vez de los mejores, Rafa Mir, que fue expulsado, y Dani Gómez, que debutó, el Valencia no transmite solvencia ni regularidad. Y eso que el Leeds no quiso hacer mucha sangre y Martín Tejón maquilló la derrota.

El Valencia en la primera mitad ni se acercó a Meslier. De Rafa Mir no supimos si estaba todavía en Sevilla o estaba en Leeds hasta que fue expulsado por doble amarilla, una por coger del cuello a Ampadu tras un rififarre entre ellos, otra por cazar sin venir a cuento a Junior. Lo de la roja en un amistoso de guante blanco es para hacérselo de mirar, lo de no saber dónde estaba hasta ese instante no es solo culpa del delantero,. El Valencia genera nada o menos y así es difícil que ni el murciano ni Hugo Duro puedan hacer otra cosa que desquiciarse. Lo preocupante no es lo que se hiciera el Valencia en Elland Road, lo que inquieta es el acumulado del verano. Cinco partidos, ninguna victoria, solo dos goles a favor y apenas ocasiones sumando todos los partidos.

Las pocas veces que el Valencia pasó del centro del campo, que hasta el descanso fueron dos contadas, fue por la banda de Otorbi. El yogurín del vestuario parece ser el elegido por Baraja para ocupar uno de los carriles a la espera de que Fran Pérez y/o Canós salgan de la enfermería y Diego López regrese de los Juegos Olímpicos. Pero, por más que Valencia sea tierra de naranjas, lo de exprimir la cantera tiene también sus límites. Y si a ello se le suma que en defensa el equipo tampoco está dando síntomas de contundencia, pasa que caen los goles para los rivales como las hojas del calendario, acercándose la fecha del debut en Liga contra el Barcelona.

Los goles de Mateo y Georgino, además de ser de bella factura, pusieron las cosas en el marcador en su sitio, acorde a lo que se veía sobre el césped. Y eso que Dimitrievski volvió a ser de los mejores, curiosamente un portero que en caso de que Mamardashvili continúe en la plantilla lo normal es que sea suplente. Es decir, el mejor durante el verano sería suplente en el invierno. Este Valencia es así, aunque al menos pase lo que pase la portería está cubierta. Otra cosa son el resto de posiciones... Pero el Valencia parece que con Dani Gómez ha cerrado el cupo de llegadas hasta nueva orden (llámense salidas) y de ahí las dudas que reinan entre sus parroquianos.

Dani Gómez tuvo sus primeros minutos como valencianista, aunque su protagonismo fue escueto. Cuando salió el madrileño, el Valencia jugaba ya con uno menos por la expulsión de Rafa Mir. Al menos en esa fase del encuentro los pupilos de Baraja sacaron vergüenza torera y ni se dejaron llevar y hasta recotó distancias en el marcador gracias al gol de Martín Tejón, un chaval que sabe que Baraja está necesitado de jugadores y él trata de subirse al tren de La Quinta del Pipo. Pero ese gol llegó muy tarde como para evitar una nueva derrota en una pretemporada para olvidarse de ella cuanto antes.

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