OK a la operación RdT: ruinosa para el Espanyol, de récord para el Rayo
El Espanyol, que pagó por él 22,5M€ y se remitía a su cláusula de 70, lo vende ahora por 8 fijos. Regresa a Vallecas, donde firma hasta 2027 y podrá vestir la Franja en enero.
En las escuelas de gestión empresarial probablemente se estudie en próximos cursos la operación Raúl de Tomás como ejemplo de lo negocio ruinoso para el propietario de sus derechos económicos, ganga para el comprador y ya se verá si éxito o desastre –a priori, lo seguro es que se queda sin Mundial– desde el punto de vista del futbolista. De los 70 millones de euros de su cláusula de rescisión a la que se remitía a inicios del verano el Espanyol, con la sartén por el mango de un delantero al que le restaban aún cuatro años de contrato, su venta ha pasado a plasmarse en solo ocho millones fijos. Casi nueve veces menos.
A falta de que oficialice el acuerdo entre De Tomás y el Rayo, cuyo contrato según ha podido saber AS estaría ya firmado, los clubes han ultimado los detalles de su marcha. Una operación mercantil que se materializa fuera de las fechas del mercado de altas y bajas, por lo que no podrá hacerse efectiva –es decir, el ariete podrá entrenarse, pero no jugar– hasta que se abra la ventana de enero. Tal como avanzaron La Grada y RAC1, a esos ocho millones fijos se añadirán otros tres variables siempre y cuando el club de la Franja permanezca en Primera. Cualquiera diría que es internacional y que ha anotado 45 goles en sus dos temporadas y media como perico.
De cumplirse esta condición, ni siquiera coincidirán los 11 millones totales con la amortización que el Espanyol tiene pendiente de abonar por RdT de su compra al Benfica, en enero de 2020, por 20 millones fijos más otros 2,5 variables (un millón por el mecanismo solidaridad, otro por haber jugado al menos diez partidos y 500.000 euros tras anotar cinco goles). El Espanyol pagará la parte correspondiente a esta temporada y solo podrá liberarse de ella a partir de la temporada 2023-24.
Tristemente, sí se escapa la entidad blanquiazul de abonar el 20 por ciento pactado con el Benfica por la plusvalía de una venta, lo cual no es motivo de celebración porque se debe a una lamentable razón: el Espanyol ingresa menos (-11,5 millones, en el mejor de los casos) por su salida de lo que invirtió en su fichaje.
Lo único positivo para el Espanyol en esta ruinosa operación es que se ahorrará los más de cuatro millones brutos de su salario para este curso, de modo que podrá contar con esa cantidad –y otros dos millones con los que ya se intentó sin éxito el pasado día 1 firmar a César Montes (Monterrey) y Luis Rioja (Alavés)– para abordar fichajes en el mercado de invierno.
Curiosamente, las cifras de la operación son idénticas a las que se pactaron al filo de la medianoche en el último día de mercado, entonces se especuló con que correspondían al 50 por ciento de sus derechos económicos cuando en realidad se le traspasa por el cien por cien, un acuerdo que todas las partes negaron al día siguiente para regatear otra torpeza: la de su frustrada inscripción en LaLiga sobre la bocina.
En cuanto al acuerdo de Raúl de Tomás con su nuevo club, en el que ya militó entre 2017 y 2019, firmará por cinco temporadas, hasta el 30 de junio de 2027, y contará con uno de los sueldos más altos de la plantilla. Sería una cantidad similar o incluso superior a la que percibía en el Espanyol. Lo que sí es seguro es que se convertirá en el fichaje más caro de la historia del Rayo, que hasta ahora ostenta la llegada en 2018 de Álvaro García del Cádiz por unos cinco millones, a cambio de un 75 por ciento de sus derechos.
Mientras tanto, De Tomás lleva en Madrid desde mediados de la semana pasada, para colmo con permiso del Espanyol, con lo que presenció la trifulca entre uno de sus agentes y el presidente del Rayo, Raúl Martín Presa, también las negociaciones entre clubes del viernes y el domingo incluso se dejó ver en Canillas, donde su hermano Rubén jugaba con el filial vallecano. El fichaje por el Rayo se hará oficial de forma inminente y se prevé que el martes o, a mucho tardar, el miércoles pueda estar en el entrenamiento. Trabajará con el equipo franjirrojo hasta que se abra el mercado invernal y pueda ser inscrito, por lo que su debut podría producirse contra el Betis a principios de enero. El delantero se perdería, por tanto, diez jornadas.