El Espanyol olvida su torneo: ocho años sin Ciutat de Barcelona

Hace justo ocho años, el 9 de agosto de 2015, se jugó la última edición del Trofeo Ciutat de Barcelona-Memorial Fernando Lara. Un partido ante el Betis con Pau López en la meta perica, como salvador aquella noche calurosa al detenerle el penalti determinante a Dani Ceballos, después de la igualdad (1-1) en el campo. Otra de las tradiciones olvidadas que se han ido perdiendo desde la llegada del presidente Chen Yansheng sin tampoco dar mayores explicaciones.

En los años de telarañas en las arcas del club, antes de la llegada del propietario chino, el Espanyol logró salvar la celebración de su torneo pese a las penurias económicas. El Ciutat de Barcelona siempre fue deficitario. Había rivales que pedían una cantidad económica por jugarlo, mientras que los gastos corrían a cargo del club perico, que además no contaba con un extra en los derechos televisivos de la pretemporada al entrar en el paquete establecido por TV3, que siempre asumía los encuentros de la preparación independientemente de los rivales. Incluso en la presidencia de Joan Collet se sondeó la opción de que los socios pagaran para compensar las pérdidas, pero finalmente, como era tradición, los abonados no acogieron de buen agrado esta medida y pudieron acceder gratuitamente.

Desde 1974 el torneo, que se disputó hasta 1983 en formato quadrangular y luego ha partido único, ha servido como presentación del equipo y como piedra de toque antes del comienzo del campeonato. También como muestrario de rivales exóticos, como el Sao Paulo brasileño de Rai Souza en 1991 y 1992, el Milan campeón de Europa de 1994 que también se llevó el torneo jugado en Sarrià o Real Madrid y Barcelona en los 80 y los 90. No se disputó en 2009, año de la inauguración del estadio donde los blanquiazules se estrenaron ante el Liverpool, en otro encuentro para el recuerdo.