Oblak estará en el derbi

La suerte está echada. El Atlético se entrenó esta mañana, en la última sesión antes del derbi del domingo, con las conocidas ausencias de Reguilón y de un Savic que, pese a que cuenta los días para recuperarse de la lesión en el muslo que sufrió hace casi un mes, no ha llegado a tiempo para ejercitarse con el grupo y no jugará mañana. Tampoco parece que vayan a estar presentes ni Lemar, que se retiró del campo aquejado de una contractura el pasado sábado, ante el Celta, de la que no ha podido recuperarse, ni Giménez, que arrastra unas molestias lumbares desde el estreno en Champions ante el Oporto. Ninguno de los dos saltó hoy al verde del Cerro al comienzo de la sesión. Después, sí lo hizo el francés para realizar ejercicio de carrera.

Quien sí lo hizo fue Oblak. El esloveno se ejercitó como uno más junto a Grbic y Gomís, y transmitió mejores sensaciones. Con bastante más movilidad que en el día de ayer, Jan completó los ejercicios específicos, dirigidos por Pablo Vercellone, sin mayor dificultad. Simeone, en rueda de prensa, confirmó también la presencia del esloveno en el derbi: “Sí, va a estar mañana”. El portero fue la principal nota positiva de una sesión en la que participaron 21 futbolistas y que arrancó, como de costumbre, al grito del Profe Ortega. “Ritmo, ritmo”, arengaba el uruguayo. Tras ir desperezándose con el balón, los pupilos del Cholo probaron a los tres guardametas en una rueda de pases con finalización.

Simeone no practicó con un once tipo este sábado, pero, a tenor de sus probaturas del jueves, el equipo que podría salir ante el Madrid es el conformado por Oblak; Nahuel, Felipe, Witsel, Reinildo, Saúl; Correa, Kondogbia, Koke; João Félix y Cunha. El delantero brasileño sería, junto a su compatriota Felipe, Correa y Kondogbia, la principal novedad de los rojiblancos. Marcó en la última jornada liguera tras salir desde el banquillo y podría ser una de las armas que emplee el Cholo para encontrarle fisuras a la zaga madridista. El equipo quiere reivindicarse tras la derrota en Leverkusen, reenganchar a la afición y dar un golpe sobre la mesa en la disputa por una Liga que, en caso de perder mañana, empezaría a ponerse cuesta arriba ya en septiembre.