Nauzet Alemán: “El Valladolid es todavía más peligroso por estar en esa situación”

El viernes es una día de vorágine para Nauzet Alemán, actual segundo entrenador de Las Palmas Atlético. El puente de diciembre lo inaugura con un partido en la Vega de San Mateo y continúa con un festejo del club en el campo anexo al Estadio de Gran Canaria, donde el filial amarillo juega sus partidos como local.

Nauzet, uno de los futbolistas más recordados del presente siglo de Las Palmas por aquel icónico gol en Anoeta, busca un hueco para atender a Diario AS con la misma calidad que atesoraba, y atesora, su bota derecha. “A pesar la belleza del gol o en el minuto en el que fue y demás, me quedo con todo lo que supondría, o supone, para el club en ese momento”, recuerda de aquella celebrada volea.

En Primera jugó con Las Palmas y Valladolid. Con los dos ascendió siendo imprescindible. Dejó el fútbol profesional con 32 años pero tan contento está. “Mis últimos años fueron difícil pero me quedo con todo lo bueno que me sirvió para lo que quiero hacer. Ser entrenador ahora mismo me cautiva mucho, y el proceso de formación que estoy teniendo es increíble”, insiste.

Este viernes se les escapó la victoria en los últimos minutos.

Fue una lástima porque el partido lo tuvimos de cara sobre todo en la segunda parte. En la primera ellos (Panadería Pulido San Mateo) tienen dos claras mano a mano con el portero, que no pasa nada si las meten. Son errores graves nuestros de salida de balón. El punto puede ser bueno a la larga. Ellos son un equipo que compite bastante bien, que sabe a lo que juega, tiene jugadores experimentados y un entrenador y cuerpo técnico que sabemos que trabajan bastante bien.

¿Cómo le va en esa labor formativa del último y tan importante escalón de la cantera de Las Palmas?

La verdad es que muy bien. Incluso mejor de lo que esperaba. Estoy en formación pero ya se le puede decir las cosas a la cara a los pibes. Me refiero a decirles las cosas claras. Son adultos, te entienden bastante bien lo que les quieres decir. Es atractivo porque siempre, si les hablas con respeto, te responden bastante bien.

Parece un experto del banquillo.

Directamente entré en Las Palmas Atlético. Cambiaron a todo el cuerpo técnico y me cogieron a mí. Estoy bastante satisfecho porque en estos dos años estoy aprendiendo muchísimo, me estoy formando mucho. Tampoco se escapa nada de lo que llevo viviendo durante tantos años. Es verdad que es diferente ser futbolista a esta parte en el banquillo, pero ya te digo que los caminos van a ir en el mismo sentido.

Una vez que se retira, en 2018, siguió jugando en Gran Canaria.

Sí. Estuve en el Arucas exclusivamente. Hay que gente que dice que también en el Tamaraceite, San Fernando… No. Estuve solo en el Arucas, donde pude disfrutar como cinco años más en el fútbol en Tercera División. Jugamos incluso un playoff para subir a 2ª RFEF en el que al final ascendió el Atlético Paso. La experiencia fue increíble.

Abandona con 32 años. ¿Se puede entender que era muy joven para retirarse?

No. Fueron una serie de circunstancias con las que tomé la decisión junto a mi familia. No se me escapa que mis últimos años fueron difíciles. Tuve que salir de aquí. Me he quedado con todo lo bueno de las experiencias que he tenido en muchos lugares. He podido enriquecerme en el sentido de lo que quiero hacer. El ser entrenador ahora mismo me cautiva mucho, y el proceso de formación que estoy teniendo es increíble.

Dentro de esas experiencias se recogen tres años en Valladolid. ¿Qué recuerdos tiene? Jugó en Primera pero después descendió.

Me sentí bastante bien. A pesar de tener un descenso el primer año, conseguí grandes números. Si lo extrapolamos a hoy en día no me hubiera quejado (sonríe). Las cosas no salieron como yo quería. Quería irme y el club pedía un dinero por mí, algo obvio. En los dos años siguientes, el primero jugamos los playoff. Nos elimina el Elche de Bordalás, que al final acaba ascendiendo. Y el tercer año sí es verdad que sigo participando muchísimo, meto goles, el equipo asciende… Una de las piezas principales que en ese momento tenía el Valladolid era yo.

Uno de los goles fue muy sonado: aquella falta que le clavó a Casillas en el Bernabéu.

Sí. Fue mi primer año, además la primera vez que iba al Santiago Bernabéu. Era una falta al borde del área. Estaba precisamente Álvaro Rubio, que es el entrenador de mañana en el partido, y Borja Fernández. Les dije que la tiraba yo y me preguntaron si estaba seguro. “Claro que sí”, les dije. Con toda confianza, la tiré y me salió aquel golazo que siempre se recordará porque como portero estaba Iker Casillas.

Hablando de golazos, es imposible hablar con usted y no referirse al que marcó en Anoeta en aquella promoción de ascenso a Segunda en 2006. Está claro cuál fue más importante.

Sí, sí (rotundo). Es bonito porque al final engloba muchísimo todo lo que viene siendo la temporada que estábamos haciendo en ese momento y, sobre todo, cómo estaba el club. Siempre lo he dicho: a pesar la belleza del gol o en el minuto en el que fue y demás, me quedo con todo lo que supondría, o supone, para el club en ese momento. Estábamos eliminados otra vez, otra vez nos quedábamos en Segunda B. Las Palmas estaba en una situación económica muy difícil. Que yo fuera el elegido en ese momento para meter ese gol me hace sentir un orgullo inmenso.

Ascendió a Primera con Las Palmas y Valladolid siendo, además, uno de los futbolistas más importantes.

Fueron dos años increíbles en los cuales participé muchísimo. Es verdad que los últimos tres meses en Las Palmas me los perdí por una lesión de clavícula, una rotura de ligamentos. Cierto es que los números los hice porque al final jugué muchos partidos, metí como 12 goles hasta entonces… En el Valladolid, más de lo mismo.

Con los dos ascendió a Primera y con el Valladolid, descendió. ¿Qué es más difícil: subir a Primera División o mantenerse?

Depende de cómo se te ofrezca el año. Hay que mirar las dos partes, analizar muchas cosas de por medio. Las dos situaciones son muy difíciles. Es verdad que tengo como cuatro ascensos, incluyendo uno con el Arucas a Tercera División. Es muy complicado, pero está claro que si estás en Primera División para no descender, y ves que el equipo está peleando pero merodeando con esa franja, al final ves que la situación es mucho más agónica y, sobre todo, difícil a la hora de sacarla.

Sostiene Diego Martínez que el Valladolid es ahora mismo un equipo mucho más peligroso por la necesidad de puntos que tiene, algo que Las Palmas conoce bien. ¿Qué partido espera este sábado?

Comparto mucho esa idea. Creo que es verdad que el Valladolid es todavía más peligroso precisamente por la situación en la que está. Será un partido que creo que se decidirá por detalles, pero la baza que tenemos es que nuestro equipo está bien, con confianza, defensivamente muchísimo mejor trabajando en bloque. A los equipos les cuesta más hacerle ocasiones a Las Palmas. Tenemos que aprovecharnos de eso, del momento de Fabio Silva o Moleiro y explotar todas nuestras posibilidades. Está claro que mañana (por hoy) no son solo tres puntos porque creo que te vas a enfrentar a un equipo de “tu liga”. Pienso que tenemos que ir a por el partido desde el primer minuto si queremos llevarnos algo positivo. Y sobre todo, dejar al Valladolid un poco más descolgado.

¿Si este duelo se hubiera jugado hace tres años tendría el corazón dividido?

(Sonríe). En el Valladolid siempre me trataron muy bien durante esos tres años. Siempre le voy a desear lo mejor, pero obviamente salgo de aquí aunque me he pegado 17 años en el club. Ahora llevo dos como ayudante de Las Palmas Atlético. Ha sido mi vida. ¿Qué te voy a decir yo? Está claro que pondría un 1 en la Quiniela. Es más, lo puse. Y al Valladolid, de aquí en adelante, le desearé todo lo mejor porque me trataron bastante bien. Ojalá consiga la permanencia porque es un club que, por todo lo que le rodea, tiene que estar en Primera División.

Usted vivió la peor época de Las Palmas. Ahora, por ejemplo, hay una Ciudad Deportiva magnífica. ¿Qué le pasa por la cabeza cuando acude allí a trabajar y piensa en lo que había cuando usted jugaba?

(Lo piensa). Pues sí. Son, como te podría decir, el blanco y el negro. Cuando estábamos allí nos cambiábamos en los barracones aquellos, que prácticamente los bancos eran nuestros asientos. No había perchas ni taquillas.

Los periodistas recordamos aquellas míticas ruedas de prensa, cuando llovía, en el cuarto de aperos con toda la maquinaria al lado.

Y con la mesa con la sombrilla, me acuerdo. Me llena de orgullo porque los pasos dados son los correctos. Tener una Ciudad Deportiva como la que tenemos hoy en día en Barranco Seco lo pueden decir muy pocos equipos. También me llena de orgullo cuando se lo digo a los pibes. Nosotros nos cambiábamos allí sin tener nada y hoy en día lo tienen todo. Incluso, la maquinaria de los gimnasios tampoco la teníamos nosotros. Gracias a Dios hemos avanzado y logrado cosas positivas para que se queden allí para el futuro y que todos los que vengan de atrás la aprovechen y disfruten porque es algo muy importante. Ojalá que el equipo se quede más tiempo en Primera División y siga creciendo en ese sentido. Encima en 2030 tenemos el Mundial, y ojalá que el equipo esté en Primera porque sería mucho más atractivo de cara a toda la gente.

Cruce de rachas

Este sábado se cruzan las rachas, del todo contrapuestas, de Las Palmas y Valladolid (sigue el partido en directo en AS.com). Mientras que los grancanarios han sacado la cabeza desde la llegada de Diego Martínez, el Pucela permanece hundido en el pozo de la clasificación con miles de problemas tanto deportivos como institucionales.

Martínez tiene claro a su equipo inicial a falta de saber si puede contar con Álex Muñoz, ausente en Barcelona. El regreso de Essugo parece evidente tras el descanso de Montjuïc pensando precisamente en su concurso de este sábado.

Por su parte, el Real Valladolid llega a la cita en uno de sus peores momentos en muchos años. Colista tras sumar nueve puntos de 45, siendo el equipo que más disparos recibe, el que más goles encaja y sin entrenador confirmado. Para jugar contra Las Palmas viajó Álvaro Rubio, como interino, mientras el club se “esmera” en encontrar el técnico ideal después de una semana. El entrenador blanquivioleta no podrá contar con Moro, como tampoco lo hará con Amallah y Kenedy, que siendo el jugador más caro de la plantilla ha disputado esta temporada siete minutos

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