Nadie es profeta en su tierra: ni Jofre en Girona... por ahora
Nacido a orillas del Oñar y rojiblanco hasta que Lardín lo vio en Vilassar de Mar, en 2014, el extremo jugará como visitante por primera vez en casa.
Siete minutos en coche, algo menos de cinco kilómetros, separan el pequeño pueblo de Quart, donde Jofre Carreras dio sus primeras patadas al balón vestido de corto en un equipo, y el estadio de Montilivi, en el que alguna vez soñó con jugar. Porque el extremo, quien acaba de renovar por el Espanyol hasta 2029 tras un inicio de Liga demoledor, con dos goles y tres asistencias, nació hace 23 años en Girona. Y llegó a jugar en el equipo rojiblanco, al que curiosamente nunca se ha enfrentado oficialmente como profesional.
Durante una sola temporada, la 2013-14, que inició con 12 años recién cumplidos, militó en un Girona a donde lo llevó el entonces coordinador del fútbol base, Jordi González, quien curiosamente mediado ese curso recalaría en el departamento de captación del Espanyol (del que hoy es ‘scouter’), por lo que viendo su potencial y evolución recomendó su fichaje al responsable en aquel momento de la cantera perica, Jordi Lardín. Y éste dio el visto bueno a su incorporación tras seguirlo personalmente en el campo municipal de fútbol Xevi Ramon, durante un Vilassar de Mar-Girona.
Se alojó Jofre en la Túrbula, la escuela-residencia cercana a la Ciudad Deportiva Dani Jarque en que el Espanyol da acomodo a los canteranos que vienen de fuera de Barcelona, aunque no lo tuvo fácil. Porque le costó adaptarse y, sobre todo, porque fue sufriendo lesiones, como una rotura del ligamento de rodilla que se alargó en exceso, por un tratamiento conservador que derivó en una intervención quirúrgica. Incluso tras su debut en el primer equipo, la temporada 2020-21, tuvo que pasar de nuevo por el quirófano.
Pero lo superó. Y se estrenó en Primera, al curso siguiente, en la mágica Nochevieja de 2021, entrando en el minuto 81 de un Valencia-Espanyol para provocar un penalti y dar la asistencia en el gol de la victoria (1-2).
El resto de la historia es también conocida, con su cesión al Mirandés, durante la cual falleció su padre. Y año y medio después, pereció su madre, cuando él se encontraba de vuelta al RCDE Stadium, ya con dorsal del primer equipo y siendo estudiante de Contabilidad y Finanzas. Estudios que seguramente le sean de ayuda para gestionar, junto a su compañero y amigo Pol Lozano, el club de fútbol de la Penya Blanc i Blava de la Roca.
Y, aunque el vacío es imposible de llenar, y menos en una persona tan familiar, el ascenso, su fulgurante inicio de temporada en Primera, con esos besos al escudo, y su renovación hasta 2029 devuelven la sonrisa a aquel chico de Girona que por primera vez jugará en Montilivi. Como visitante, eso sí.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.