“Muchos ven en mí a un ‘bad boy’, pero soy una buena persona”

Tyrhys Dolan (Manchester, 28-12-2001) es ‘Tyr’ para la mayoría de sus compañeros. Y un ídolo exprés para una afición que ha conectado en tiempo récord con este extremo de tatuajes y trenzas, de regates y descaro que el lunes salió ovacionado de Cornellà y que anhela aplicar su propia receta de valentía para que el Espanyol triunfe en el Bernabéu.

Dolandinho, como le llaman ya los pericos e incluso sus familiares y amigos, es tan eléctrico en el césped como encantador fuera de él. Una buena persona con apariencia de ‘bad boy’, como reconoce. Y un embajador de la salud mental, desde que se suicidó su mejor amigo, el también canterano del Manchester City Jeremy Wisten, cuya madre le escribe antes de cada partido. Alguien especial es Tyrhys Dolan, que charló largo y tendido con AS.

Viene de dar un pase de gol, de provocar un penalti y de salir ovacionado, el lunes en el RCDE Stadium ante el Mallorca. ¿Se esperaba una adaptación tan rápida?

No, no esperaba que todo llegara tan rápido. Pero estoy intentando tomármelo con calma. Me siento muy contento porque ya he vivido grandes momentos en el campo. El club y la afición me están dando mucha confianza para jugar mi mejor fútbol, y el equipo también está contribuyendo. Las ovaciones, los cánticos, son increíbles, solo pueden contribuir a más éxitos. Así que está siendo un comienzo fantástico.

“Quiero ser una estrella en LaLiga”, dijo en su presentación. ¿Cree que en cuatro jornadas ya lo está consiguiendo?

Sí, pero quiero mantener los pies en el suelo y seguir trabajando duro. Siempre hablo con seguridad en mí mismo porque creo que los futbolistas debemos creer en nosotros para sacar nuestra mejor versión. Hay quien puede verlo como ego, pero yo creo que hablar en positivo te acaba dando recompensas.

“A pocos extremos les gusta defender, pero a mí, sí”

Sus cualidades

Sus cualidades, como el regate, la valentía para atacar, se están perdiendo en el fútbol moderno. ¿Cree que eso le ha hecho conectar tan rápidamente con la afición del Espanyol y de la Liga?

Me gusta expresarme, aportar mi granito de arena, levantar a la afición. Pero más importante es ser jugador de equipo. A pocos extremos les gusta defender, ayudar o hacer entradas; pero a mí, sí. Omar sabe que no defiende solo, que me tiene a su lado, nuestra relación sobre el césped es buena.

Usted sabe que el Espanyol viene de sufrir mucho los últimos años. ¿Ha palpado desde su llegada un espíritu, una ambición, ganadores?

Creo que tenemos un equipo, un cuerpo técnico y una afición increíbles. Lo percibí en cuanto llegué. El entrenador solo quiere conseguir grandes cosas para el club. Para mí, cambiar de la Championship a la Liga supone un gran paso adelante, no muchos futbolistas han dado ese salto. Y el impacto que estoy teniendo en un equipo que va tercero es alucinante. Es justo que estemos consiguiendo este éxito, porque nos estamos esforzando para merecerlo.

Y en este instante de éxito, de alegría, visitan al Real Madrid. ¿Es el mejor momento para ir al Bernabéu?

Sí, sin duda. Obviamente, respetamos al Real Madrid, que es un enorme club, pero estamos en un gran momento. Queremos ser valientes, afrontar el reto, jugar sin miedo. Es una buena oportunidad para ponernos a prueba. Cuando eres futbolista quieres demostrar tu valía contra los mejores, y nosotros también somos un gran equipo.

“Queremos ser valientes, afrontar el reto, jugar sin miedo. Es una buena oportunidad para ponernos a prueba”

La visita al Bernabéu

Usted ha jugado en Stamford Bridge o St James’ Park, pero al Bernabéu imagino que le tiene unas ganas especiales…

(Sonríe) Desde luego, es el estadio más grande en el que jamás he jugado. Visitar estadios como este es un orgullo para mí, para mi carrera, y para mi familia. Estoy feliz de viajar a Madrid con el Espanyol, pero aún más lo estaré de que hagamos otro gran partido como equipo.

Enfrente, Jude Bellingham. Para un jugador inglés, ¿es todo un referente?

Sin duda. Él empezó en el Birmingham, en la Championship, como yo. Se atrevió a dar el salto a Europa (continental), y le ha ido muy bien. En el Madrid lo está haciendo de maravilla. Cuando un jugador se va al extranjero y brilla así se ve su talla. Es un ejemplo para quienes nos vamos fijando nuevas metas y trabajamos duro para lograrlas.

“Es un ejemplo para quienes nos vamos fijando nuevas metas”

Sobre Bellingham

Vamos, que quizá hubiera preferido que Bellingham tardara unos días más en recuperarse de su lesión…

(Ríe) No, no, le respeto mucho, a él y al resto de futbolistas del Madrid, pero como equipo tenemos mucha confianza. Tengo muchas ganas de jugar este partido.

La otra cara de la moneda, en lo que ingleses se refiere, es Trent Alexander-Arnold. No estaba interviniendo mucho, entró de titular en el debut en la Champions y se lesionó a los cuatro minutos.

Tuvo mala suerte el martes, pero todo es cuestión de tiempo, cuando se reponga de la lesión. Su nivel es altísimo. No es tan raro que no todo vaya bien desde el primer día. Sin duda, se adaptará.

De hecho, dijo Steve McManaman que para un inglés la adaptación a LaLiga es muy complicada, por el cambio de lengua, de cultura, de estilo de vida… Pero con usted no ha sucedido.

He empezado con buen pie, lo cual es genial, pero es inusual que todo encaje tan rápido. Estar lejos de la familia, de los amigos, con un nuevo entorno y formas de proceder es realmente difícil. Muchas veces, el mundo exterior se piensa que el fútbol es lo mejor. Y no quiero que se me malinterprete, porque lo es, pero no somos solo futbolistas, somos seres humanos, y cambiar tu estilo de vida por completo es complejo.

“No somos solo futbolistas, somos seres humanos, y cambiar tu estilo de vida por completo es difícil”

De Inglaterra a España

¿Cómo lo ha conseguido, entonces?

En mi caso, en una o dos semanas pasé de recibir la oferta del Espanyol a subirme en un avión para viajar a Barcelona. Es unas cuantas semanas después cuando de repente pensé: ‘¡Guau! ¡Es un gran cambio en mi vida!’. Lo estoy disfrutando muchísimo, y espero seguir así.

Hasta el punto de que ya le llaman Dolandinho o Maradolan. ¿Qué piensa cuando lo escucha?

Me encanta. Si dijera que no, mentiría. Es una comparación muy bonita, aunque sé que estoy a una distancia abismal de su nivel. A mí me da confianza. Y no solo a mí: mis amigos y mi familia se burlan y todos ya me llaman Dolandinho. Es otra prueba más de lo increíbles que han sido los pericos conmigo, al aceptarme y abrazarme.

“Mis amigos y mi familia se burlan y todos ya me llaman Dolandinho”

Su nuevo apelativo

Lamento cortarle la alegría, pero no todo fue siempre feliz. ¿Hasta qué punto se frustra un adolescente de Manchester como usted, formado en la academia del City, cuando le echan?

En el fútbol, eso es lo normal, lo extraño es llegar al equipo profesional del Manchester City. Yo estoy muy agradecido porque aprendí mucho, conocí a grandes jugadores y a gente estupenda. Simplemente, no estaba jugando mi fútbol. A veces viajábamos a torneos y no jugaba ni un partido. Tenía 14 años, claro que me frustraba, le escribía a mi padre y se me saltaban las lágrimas, porque pensaba: ‘¿Qué estoy haciendo mal?’. Empiezas a cuestionarte como futbolista, algo que nunca hay que hacer, aunque es un deporte tan emocional que cuesta.

¿Cambiaría algo de aquella experiencia?

No, no cambiaría nada. Mi carrera es el resultado de cómo se ha ido formando mi carácter. Aquello me hizo mucho más fuerte, más resiliente. Agradezco todos los altibajos, porque cuando llegas a momentos en que todo te va de maravilla, como ahora, puedes valorarlos más si has pasado por momentos difíciles en tu carrera.

“Iba a torneos y no jugaba, le escribía a mi padre y se me saltaban las lágrimas, porque pensaba: ‘¿Qué estoy haciendo mal?"

En la academia del Manchester City

Allí, en el Manchester City, hizo unas migas insuperables con Jeremy Wisten, quien se suicidó con 17 años tras sufrir una lesión que truncó su carrera. Usted honra continuamente su memoria, incluso visitó su tumba en el reciente parón de Liga.

Sí. Cuando vivía en Manchester, iba al cementerio todos los domingos, me sentaba con él, hablaba con él. Es mi mejor amigo. Cuando me fui de casa, yo no podía hacerlo, y sentía como si lo estuviera dejando. (Se detiene un momento)

Disculpe si me emociono. Tengo amigos increíbles que me dijeron ‘no te preocupes, el domingo iremos, le llevaremos flores y le limpiaremos la lápida’. Y yo, a la mínima que tengo unos días de descanso, voy allí y me siento junto a él. (Vuelve a tomar aire unos segundos)

La próxima vez que vaya, le llevaré una camiseta del Espanyol. Hay algo bonito en todo esto, y es que tengo una relación muy estrecha con sus padres, hablo mucho con ellos y con su hermana. De hecho, antes de cada partido su madre me envía un mensaje deseándome buena suerte. Tenemos un vínculo muy especial. Cuando hablo con ellos es como si hablará con él.

“La próxima vez que vaya a su tumba, le llevaré una camiseta del Espanyol (...) Antes de cada partido, su madre me envía un mensaje deseándome buena suerte”

Su mejor amigo, Jeremy Wisten

Es precioso lo que explica. Y también su rol como embajador de ‘Go Again’, una organización benéfica para contribuir a la salud mental de jóvenes futbolistas, ¿verdad?

Sí, nos dirigimos a jugadores que han salido de equipos, de academias de fútbol, y se sienten un poco perdidos. ‘Go Again’ puede orientarlos. El camino de cada persona es distinto, pero yo les intento explicar mi historia y les doy todos los consejos posibles que les ayuden a salir adelante. Cuando ven a alguien como yo, del que han prescindido en varios equipos y que aun así ha logrado el objetivo de ser profesional, se dan cuenta de que aún es posible.

¿Ha hablado en alguna ocasión con algún joven futbolista español desorientado?

Precisamente he hablado de este tema con el Espanyol, para intentar hacer algo juntos, y la respuesta del club ha sido increíble. Ojalá podamos dar algo de luz a jóvenes un poco perdidos, tener un impacto.

Definitivamente, usted es la clara demostración de que las apariencias engañan: a primera vista, parece un ‘bad boy’, pero es todo lo contrario.

Me ha pasado muchas veces, con gente que se fija en mi apariencia exterior, que por mis tatuajes y las trenzas que llevo ven efectivamente a un ‘bad boy’. Pero soy una buena persona, dentro y fuera del campo. He pasado por mucho en mi vida, por muchas dificultades, de joven había muchas cosas malas a mi alrededor, he visto a gente meterse en problemas… Y todo eso me recuerda que debo ser buena persona. Lo seguiré siendo sea cual sea el nivel que alcance en mi carrera futbolística. Y siempre mantendré los pies en el suelo, porque me criaron unos padres estupendos que me siguen recordando a diario que debo ser humilde.

“Mucha gente ve en mí a un ‘bad boy’, pero soy una buena persona”

Las apariencias

¿Vive con su familia en Barcelona?

No, estoy solo, pero vienen cada dos semanas, a todos los partidos que jugamos en casa. Y mi hermana viene a Barcelona de vacaciones continuamente, porque es su ciudad favorita. Cuando supo que ficharía por el Espanyol, se puso contentísima. La ciudad es hermosa, lo tiene todo, es uno de los mejores lugares que existen para vivir. Disfruto del fútbol y del lugar donde vivo, van de la mano: es perfecto.

¿Ha coincidido en Barcelona con Marcus Rashford, jugador del Barcelona, que es de Manchester como usted?

No, aún no lo conozco personalmente. Sí tenemos amigos en común en Manchester, y es una locura que ambos hayamos fichado a la vez por equipos de la misma ciudad. Pero no hemos tenido contacto. Ya nos veremos en el campo, que sea en un derbi es increíble.

¿Cómo va su español?

Es difícil, pero quiero aprender la lengua, la cultura, poder tener una conversación fluida con mis compañeros. Voy a dos clases por semana con un profesor. El club me ayudó con eso, y con el apartamento, han sido geniales. No será rápido, pero iré aprendiendo y mejorando.

“No tenemos mucha comunicación pero, aunque es difícil de explicar, nos entendemos y tenemos una muy buena relación”

Sobre Manolo González

¿Cómo se comunica entonces con Manolo González?

(Ríe) Me pregunta ‘¿cómo estás?’. Y yo le digo: ‘Muy bien, ¿y tú?’. No tenemos mucha comunicación pero, aunque es difícil de explicar, nos entendemos y tenemos una muy buena relación. Ha depositado mucha confianza en mí y yo seguiré dando el 110 por cien para devolvérsela. Está claro que el comienzo de mi vida en el Espanyol ha sido espectacular.

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