Moriba se merienda un bollo suizo

Paseo turístico del Celta por Zúrich para cerrar su mingira en Centroeuropa. A los pupilos de Claudio Giráldez les bastó con un poco de orden, velocidad y buen manejo del balón para pasar por encima del Grasshopper, un rival tan tierno como un bollo suizo. De hincarle el diente al conjunto local a primera hora de la tarde se encargaron con sus goles Ilaix Moriba, Jones El-Abdellaoui y Pablo Durán. Los vigueses regresan a casa con un dulce regusto.

El quinto rival céltico de la pretemporada ha vivido tiempos mejores. El Grasshopper es el equipo más laureado de su país, pero la pasada campaña evitó el descenso a segunda en la promoción. El campeonato suizo arrancó el pasado fin de semana con derrota del cuadro de Zúrich ante el Lucerna. Recibió tres goles en casa y el Celta no tardó en comprobar esa fragilidad defensiva. En el minuto 13 ya ganaba por 0-2. La primera diana la anotó Ilaix Moriba con un disparo desde la frontal de área. Un tiro sin demasiada fuerza del centrocampista guineano, que no encontró ningún tipo de oposición del portero. El segundo tanto se lo regaló Jutglà a El-Abdellaoui. El joven extremo marroquí se confirma como la revelación del verano.

El cuadro olívico exprimió en el arranque del encuentro su velocidad en las transiciones. Destacaron en esa faceta Hugo Álvarez, con su verticalidad, y Jutglà, con su calidad jugando de espaldas. El delantero catalán estuvo a punto de estrenarse como artillero con la camiseta celeste, pero su duro remate dentro del área lo repelió el cancerbero local. Giráldez apostó por un dibujo con trivote en el medio formado por Damián, Sotelo y Moriba. El Celta se mostró sólido en defensa, excepto en su punto débil de los últimos tiempos: el balón parado. En una acción de estrategia Bettkober cabeceó al larguero. Radu solo se llevó ese susto y otro en el que metió una buena mano.

Todavía sufrieron menos los gallegos en el segundo tiempo. La sentencia llegó en un corte de Moriba que dejó a Pablo Durán delante del guardameta suizo. El Búfalo no perdonó y a partir de ahí los célticos jugaron a placer. Iago Aspas entró para disputar media hora, dejó varios detalles de lujo y acarició su primer gol del verano. El 0-4 también lo rondó Hugo González en el epílogo de la segunda victoria del Celta en su carrusel de amistosos. Todavía le faltan dos ensayos antes del arranque del campeonato.

La única nota negativa de este bolo la protagonizó Javi Rodríguez. El defensa canterano tuvo que ser sustituido tras sufrir un traumatismo nasal con posible fractura de los huesos propios. Un incómodo contratiempo para un titular habitual.

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