Morbo con Ramos: golazo a Iker en su último duelo ante el Madrid
El camero se enfrenta por tercera vez a los merengues, todas con el Sevilla. Aquel pepinazo con 19 años fue decisivo para que acabara firmando en Chamartín.
18 años después, media vida, Sergio Ramos vuelve a enfrentarse al que por años, palmarés y experiencia es el equipo de su vida: el Real Madrid. El camero acababa de cumplir los 19 cuando jugó el último de los dos únicos partidos que hasta ahora ha disputado contra el equipo merengue en toda su carrera deportiva, ambos con el Sevilla. Una lesión le apartó hace dos campañas de volver a enfrentarse al Madrid en octavos de Champions, con el PSG. El 18 de mayo de 2005, en la antepenúltima jornada de Liga, el Ramón Sánchez-Pizjuán recibía a los Galácticos en un duelo de 4º contra 2º que terminó 2-2, entre otras cosas por el golazo desde casi 30 metros que un jovencísimo Sergio le metió a Iker Casillas. Renato tocó una falta lejana en corto y el camero le dio con todo para sorprender al guardameta madrileño por su palo derecho. Habían transcurrido 19 minutos. Luego remontarían los visitantes con tantos de Zidane y Javi Navarro en propia puerta para que Baptista (curiosamente, otro futbolista que acabaría en Chamartín) pusiera ya casi en el 90 el empate final.
Algunos que conocieron desde cerca el contexto del fichaje de Ramos por el Madrid aseguran que aquel pepinazo, unido a otro gran partido en la primera vuelta (0-1 para el Sevilla en el Bernabéu, con Ramos de lateral derecho), fue decisivo para que Florentino Pérez decidiera llevarse al joven futbolista a golpe de talonario, tras pagar de 27 millones de euros. Un dinero que, como reconocerían años después propios extraños, no significó el abono de la cláusula de rescisión sino un traspaso acordado. A partir de esa polémica, la de la cláusula, nace una relación torcida entre Sergio y la afición sevillista, sobre todo los Biris. Una historia de encuentros y desencuentros con insultos de un lado y desplantes e inesperadas celebraciones de goles, esta vez al Sevilla (le ha metido nada menos que 7 tantos) que acabó por convertir la relación en casi insostenible y casi da al traste con el regreso como hijo pródigo de este verano, consumado cuando ya casi nadie lo esperaba.
Desde que volvió a Nervión, el 4 de septiembre, Ramos ha jugado dos partidos de Liga y dos de Champions, ambos completos. Justo antes de ser despedido, en el empate ante el Rayo, Mendilibar decidió dejarle en el banquillo y aquello suscitó recelos confirmados: el camero pretendía jugar más y el técnico quería también marcar su terreno, tanto como para dedicarle en el vestuario algún gesto que no gustó nada al central y que incluso sorprendió a algunos compañeros. Diego Alonso, de momento, le dará a Sergio su sitio de leyenda para que, si no ocurre nada raro, salga de inicio ante el Madrid. Aunque nada más morboso habría, para cerrar el círculo, que marcarle al equipo de Ancelotti su primer tanto de la vuelta al Sevilla y ver cómo lo celebra. Durante su presentación no dejó claro si festejaría un tanto al Real Madrid.
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