Modric vuelve a la ‘zona cero′

Todo empezó en el Metropolitano. El debate, las preguntas, el runrún. Hace 371 días, Modric fue titular (sin Vinicius, Ancelotti apostó por cinco centrocampistas) y sustituido al descanso. Un varapalo en lo anímico, irremediablemente. En el único partido que el equipo perdió en toda la temporada, Luka se marchó en el descanso. Rehuyó Carletto, desde el primer momento, señalarlo: “A él, ya sería demasiado”. Y el descalabro generalizado ratifica que no fue una mera cuestión del croata. Pero Modric salió por la puerta de atrás. Vivió lo que no suele vivir. Y convive desde entonces con una cicatriz que hoy, puede sanar. El destino, caprichoso, le ha dibujado una revancha. Esta noche, titular. Vuelve a la ‘zona cero′.

Bajo el burlón mirar de las estrellas, que con indiferencia hoy le ven volver, se atará las botas y saltará al césped del vecino. Con sangre en los ojos y ganas de revancha. Y no contra nadie, sino consigo mismo. El hambre de una redención innecesaria, porque su figura está fuera de cualquier expediente para el madridismo. Es Luka, su Modric. No hay más que hablar. Pero él sí percibe que, por una cuestión personal, merece una noche diferente a la que aquel 24 de septiembre. Ambición y autoexigencia. Puro Modric.

Sin Vinicius, él

El contexto es muy similar al de entonces. Modric había perdido el rol de indiscutible (la llegada de Bellingham supuso un paso atrás), pero Vinicius se lesionó en Balaídos y hubo que activar el Plan B durante varias semanas. En la previa del derbi, Ancelotti sorprendió diciendo que estaba recuperado y jugaría. Sólo habían pasado 30 días (se le habían diagnosticado seis semanas de baja). Pero en la misma mañana del partido, sorpresa: el club alegó que sufría una gastroenteritis y se caía de la convocatoria. Se mantuvo el Plan B. Alineación con cinco centrocampistas: Camavinga, Kroos, Valverde, Bellingham... y Modric. Y al Metropolitano.

Donde todo fue un desastre. Apenas iba un cuarto de hora y el Atleti ya ganaba 2-0, teniendo oportunidades de hacer aún más. Un roto que enmendó, ligeramente, Kroos con un golazo. Pero el equipo se vio superado en táctica, intensidad y fútbol. Enfiló el descanso en un mar de dudas. Y el oleaje se llevó por delante a Modric, que no volvió al campo, dejando su puesto a Joselu. La imagen en la segunda parte mejoró, aunque sin grandes alardes. “¿Qué ha sentido al cambiar a Modric? ¿Entiende que haya sensación de que se le ha señalado?”, se le preguntó. “No señalamos a nadie. Y señalarlo a él, encima, ya sería demasiado. No ha jugado un buen partido, pero como el resto de compañeros”, respondió Ancelotti. Muy serio.

El 50% de los minutos

Pero nada volvió a ser igual desde el Metropolitano. En la siguiente jornada (visita a Gran Canaria), Ceballos fue titular por delante... y Modric ni calentó. Ahí espetó Ancelotti su famoso “no ha calentado porque no estaba seguro de si iba a jugar; y tengo que respetarlo en este sentido”. Tampoco jugó en Girona, tres días después. Únicamente disputó 366′ de los 720 minutos siguientes. El 50% de los posibles. Un segundo plano. Las tertulias hablaban de si estaba para jugar grandes partidos y en las ruedas de prensa, no paraba de preguntarse cómo estaba en lo anímico. Ancelotti llegó a confesar que, al principio, le costó lo del rol secundario, pero nunca puso una mala cara a un compañero. Siempre fue un duelo personal.

Noche de revancha

Hoy en día continúa en ese contexto. Pero con una responsabilidad aún mayor en la mochila: sin Nacho, asume el liderazgo del brazalete. El mismo que lucirá esta noche en el Metropolitano. La ausencia de Mbappé impulsa a Carletto hacia repetir un esquema con más mediocentros: recuperar el rombo del año pasado, con Vinicius-Rodrygo en punta. Eso es lo que tiene en mente a esta hora. Con Modric titular (Camavinga no tiene ritmo deportivo). Ambicionando con redimirse. Vuelve, 371 días después de aquella noche. Donde todo empezó. Un derbi, el Metropolitano. La ‘zona cero’.