Modric puede ser Kroos

El Madrid no tiene un problema, sino varios. Uno es conseguir que Mbappé vuelva a ser Mbappé. Otro, que la defensa sea sólida de forma sostenida, algo complicado entre tanta baja y con centrales de emergencia o de nuevo cuño. Y otro que se ha venido repitiendo desde el arranque del curso ha sido la falta de un perfil que dé consistencia al juego blanco, sobre todo en el arranque de la jugada, momento en que el Madrid ha sufrido mucho desde agosto. Ese rol lo hacía Kroos y lo hacía muy bien, tanto que le dio para ser el líder del centro del campo del vigente campeón de Europa. Pero el alemán colgó las botas y Ancelotti anda buscando aún quien quiera (y pueda) heredar sus tareas. Tchouameni ya ha dejado claro que lo suyo no es el juego con balón y de hecho parece que de central convence mucho más que de mediocentro. En las últimas semanas había ganado posiciones en ese sentido Ceballos. Pero hay uno que siempre vuelve, desde hace 39 años: Modric.

El croata presentó por enésima vez en Girona su candidatura para ser el nuevo Kroos del Madrid; no es la primera vez, Ancelotti parece algunos días convencido de ellos y otros, no tanto. En tiempos recientes Ceballos había recibido más peso por parte del italiano, especialmente en Liga: el utrerano había sido titular en las tres últimas jornadas, mientras que el croata no entraba en un once liguero desde hacía siete fechas, a principios de octubre con la visita del Villarreal al Bernabéu. Carletto quiere la experiencia de Modric para la Champions (titular en los tres últimos partidos europeos), pero en España le venía dando poca bola.

El fiasco de Bilbao hizo que el italiano se pensase un cambio en esa distribución de papeles y la jugada le salió redonda. Pese a las dificultades iniciales del Madrid ante el Girona, el equipo se acabó adueñando del encuentro y lo hizo girando alrededor del genio de Zadar, cuyos números hablan de una actuación mayúscula: el que intervino más veces (121), el que intentó más pases (112) y el que conectó más veces bien con sus compañeros (103, el 92%). No se quedó en la simple distribución, Modric jugó hacia adelante: creó cuatro ocasiones de gol, más que nadie en el Madrid y en el partido en general; dio 37 pases en el último tercio, casi el doble que el segundo del Madrid; y le regaló una asistencia a Mbappé para que hiciese el 0-3 y certificase el triunfo blanco en Montilivi, mientras el francés se sacude sus propios fantasmas. Y todo ello, con trabajo de por medio: cuatro recuperaciones y un 100% de entradas ganadas.

Vuelve la Champions y la lógica indica que el croata será de la partida de inicio, como viene siendo habitual en Europa y más tras una actuación como la de Girona. La edad es un aspecto que Ancelotti tiene constantemente en consideración, como es normal; sus 39 años son un hándicap con el que tiene que lidiar Modric, si bien en Girona jugó los 95 minutos con solvencia. Le es mucho más fácil hacerlo cuando el Madrid descansa con balón, y le es mucho más fácil al Madrid descansar con balón cuando juega Modric.

Ancelotti y Modric, condenados a entenderse con un duelo como el de Bérgamo a las puertas, con el Madrid jugándose el tipo en la Champions. Una derrota podría poner en riesgo lo que se consideraba imposible: la clasificación incluso para el ‘play-in’ de repesca. Ante el Atalanta, lo de Girona suena elocuente: Modric, el futbolista más Kroos de la plantilla, y diez más.

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