Modric es Peter Pan
El croata, a sus 38 años y con su futuro en el aire, fue el artífice del triunfo ante el Mallorca y ha participado en cuatro goles en sus últimos cinco partidos de Liga.
El Real Madrid se llevó los tres puntos ante el Mallorca en el Santiago Bernabéu en otro ejercicio, como ya sucedió en el último partido de 2023 en Vitoria ante el Alavés, de sufrimiento y esfuerzo para compensar la escasa inspiración futbolística. Los blancos entraron en 2024 sin demasiada finura, pero les bastó algo de fortuna (los de Aguirre se toparon con el palo dos veces), solidez defensiva y un momento de magia con dos protagonistas: Modric y Rüdiger. El segundo puso la puntilla a la acción del primero, un córner medido, tenso y bien dirigido al corazón del área donde poder encontrar una cabeza como la del alemán para darle otro triunfo al Madrid, que se coronó con ello campeón de invierno.
Lo del croata es habitual en los últimos tiempos: ha participado en cuatro goles (uno marcado y tres asistidos) en sus últimos cinco partidos de la Liga. Le ha dado la vuelta con su rendimiento a una situación complicada, en la que tenía una participación residual en el equipo, relegado por valores jóvenes como Tchouameni, Valverde o Camavinga. En las primeras once jornadas apenas fue titular en tres ocasiones; en las últimas ocho lo ha sido en siete.
Sin duda le ha ayudado a ganar peso en el equipo la plaga de lesiones que ha sufrido el Madrid, que dejó fuera de juego al mismo tiempo a Camavinga, Tchouameni, Ceballos y Güler en cierto momento. Pero ya tiene Ancelotti más piezas disponibles y Modric se mantiene en el grupo de titulares y eso sólo responde a su rendimiento. Ante el Mallorca fue el jugador que creó más ocasiones (7) y el que completó más pases en el último tercio del campo (40), dio bien 67 pases de 71 (94%)... y ni siquiera necesito asomarse a la portería rival para hacer daño, pues no realizó ni un remate.
La decisión de Ancelotti
Ahora que vuelven los efectivos que vienen faltando, la pelota vuelve a estar en el tejado de Ancelotti, que deberá elegir si le sigue dando a Modric el rol protagonista que se está mereciendo o si se entrega de nuevo a la sangre joven de su plantilla, como hizo en el arranque de curso. Ambas fórmulas le han servido, pero la de Modric tiene un condicionante especial: a sus 38 años y con su futuro en el aire, puede estar saboreando sus últimos meses en el Real Madrid.
El croata, que aterrizó en 2012 en el club blanco a cambio de 30 millones procedente del Tottenham, finaliza su contrato en junio y, a su edad, está por ver si la continuidad de blanco sigue siendo una opción. Arabia Saudí le ha tentado una y otra vez, pero él de momento quiere seguir a primer nivel mientras se sienta competitivo. Al inicio de la temporada no vio que contase y eso le llevó a exteriorizarlo: “Nadie está contento cuando no juega. Esa situación me resulta extraña tras toda mi carrera. Mi única condición para quedarme fue que me trataran como un jugador competitivo, me dijeron que nada cambiaría en mi estatus y por eso firmé. Si en el futuro resulta que no soy tan importante, pensaré en qué hacer...”. La situación claramente ha cambiado y Modric, el Peter Pan del vestuario del Madrid, se siente más joven que nunca.
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