Mir y Correa, los más pillos

Las gaviotas que sobrevuelan cada tarde el Oracle Park, acostumbradas a los partidos de béisbol, se encontraron allí con un partido de LaLiga que, además de resultar entretenido (a ratos), tuvo dos goles de pillo que hicieron enloquecer a la grada. En un campo engalanado para la ocasión, con un puzle de tepes para improvisar un terreno de juego para el fútbol, y con vistas al mar, el Atleti y el Sevilla cerraron sus pretemporadas con cositas buenas para llevarse a casa, pero poquita chispa. Solo la tuvieron Rafa Mir y Correa, que entraron desde el banquillo para reanimar a sus inocuos equipos y rebelarse. Un empate para tomar notas que estudiar en el avión de vuelta.

Esta vez no acompañó el público entusiasta de Seúl, que lo jaleaba absolutamente todo, ni el exigente de Monterrey, que abucheó el 0-0 del anterior partido del Atleti. El de San Francisco, más neutro, solo se entregaba a Griezmann, confirmado como estrella mundial, a los goles, y hubo dos, y a las grandes ocasiones falladas, para abuchearlas.

Riquelme se gana el carril

Simeone optó por un once muy reconocible, posiblemente el que abra la Liga ante el Granada. El plan de Riquelme para el carril derecho se asienta, a falta de Nahuel, y el canterano cada vez se siente más a gusto. A los cuatro minutos, inició la cuádruple ocasión rojiblanca en la que remataron también Memphis, Griezmann y Llorente; las dos primeras las repelió Dmitrovic; la tercera, su defensa y la última se fue alta. A falta de goles, sí que había intención. El Atleti, con su afán en sacar la pelota muy jugada desde atrás y dar vuelo a Carrasco. El Sevilla, con ese 4-2-3-1 con el que perseguirá la Supercopa y Suso y Ocampos eléctricos. El gaditano probó pronto desde lejos a Oblak, que reaccionó con reflejos para despejar. Ver al esloveno de nuevo en plenas condiciones es una de las grandes noticias de la pretemporada rojiblanca.

Durante la primera parte se sucedieron las ocasiones, aquí y allá, para alegría de la afición. Lo intentó Ocampos sin ángulo y luego Hermoso de cabeza. Llorente probó con una conducción de las suyas como interior y Rakitic replicó con un libre directo. La más clara de todas fue la de Koke. Memphis se puso en plan malabarista en el área, pisadas, recortes, pase al punto de penalti y desde allí el capitán mandó el balón arriba. “Buuu”, éntonó la grada, también en la repetición, que el Oracle tiene una pantalla enorme para ver el partido.

Rafa Mir desnudó a Savic

En el descanso hubo pocos cambios, pero diplomáticos. Mendilibar repartió a partes iguales los minutos entre sus porteros y Simeone, entre sus delanteros. Dmitrovic o Bono, Memphis o Morata. Son algunas de las competencias más intensas de ambas plantillas. El partido bajó las revoluciones y era más laborioso hacer el recuento de cambios que el de ocasiones. Griezmann chutó desde lejos y Badé lo desvió a córner. Hasta las gaviotas empezaban a irse, pero Rafa Mir, recién entrado al campo, despertó al Oracle y, de paso, a Savic. El montenegrino se confió en un balón sencillo, el delantero se lo rebañó y se plantó mano a mano ante Oblak para batirle por abajo.

Entonces el carrusel de cambios fue del Atlético. Samuel Lino cruzó demasiado el tiro tras uno de sus eléctricos recortes y Morata, delante de Bono, mandó un centro medido de Azpilicueta al cielo. Las ocasiones eran rojiblancas y a Simeone le daba vueltas en la cabeza uno de los conceptos que más repite: contundencia. La que tuvo Correa, que aprovechó un balón muerto en el área para empatar. El argentino suele estar donde caen los rechaces. Igual que Mir, el 10 atlético gana puntos. Como Oblak, que amarró el empate con un doble paradón en el 89′. De vuelta a casa, toca repasar los apuntes de esta gira, que en una semana empieza la Liga.