Miguel, blindaje de crack

La pasada semana el Celta anunció la renovación de una de las joyas de su cantera. Tras unas semanas de intensas negociaciones, el club informó de la ampliación de contrato de Miguel Rodríguez por cuatro temporadas, hasta el 2028, pero no desveló la cláusula de rescisión del extremo. Ese blindaje, según ha podido saber AS, ha quedado fijado en 50 millones de euros.

La cifra acordada por el atacante de Redondela y la entidad olívica ha pasado a situarse como una de las más altas de la plantilla. Llama la atención que supere la de Gabri Veiga, de 40 ‘kilos’, quien también aceptó en su renovación seguir con ficha del filial pese a estar en la dinámica del primer equipo. El centrocampista, que ahora ultima su salida al Nápoles, amplió contrato en mayo del 2022 y tuvo que esperar hasta el pasado mes de enero para obtener dorsal de Primera. En el caso de Miguel, ese salto definitivo podría darse a la conclusión de este mercado, dependiendo de la configuración final de la plantilla.

Independientemente del número que luzca el extremo a partir de septiembre -ha empezado el campeonato con el 29- Rafa Benítez lo considera uno de sus pupilos a todos los efectos. “Carlos (Domínguez), Miguel y Hugo (Sotelo) son jugadores con ficha del filial, pero en la dinámica del primer equipo”, puntualizó el técnico madrileño en la previa de abrir el campeonato ante Osasuna. Al día siguiente, demostró su confianza en el delantero redondelano utilizándolo como primer cambio.

A sus 20 años, Miguel ya ha tenido minutos en la máxima categoría con cuatro entrenadores. Óscar Junyent le dio la alternativa en el arranque de la temporada 2020-2021, Eduardo Coudet sólo contó en la Liga con el internacional Sub-19 en su debut en el banquillo celeste y Carlos Carvalhal le volvió a abrir las puertas de la élite. Esta campaña su reto es consolidarse en Primera y para ello compite por el puesto en el once inicial con Carles Pérez, uno de los pesos pesados de la plantilla. Por si la progresión del futbolista formado en A Madroa lo pusiera en el radar de alguno de los equipos más poderosos económicamente del fútbol europeo, tal y como ha sucedido con Veiga, su nueva cláusula de rescisión asegura otro más que suculento traspaso para la arcas viguesas.