Mendy vuelve por Navidad

A la tercera, va la vencida. O al menos, eso es lo que esperan en Valdebebas. Esta tarde, Mendy será uno más con el grupo. Es la idea, el feeling. Que vaya acumulando sesiones con intensidad, con la mirada en Arabia: apunta a estar al 200% en la Supercopa. Una afirmación que, precedentes en mano, bien merece ser verbalizada con cautela. Prudencia, pies de plomo. Porque Ferland se ha vuelto un jugador inestable con las lesiones; propenso a las recaídas. Su historial médico ya lo deslizaba... pero ahora, más. Se entiende así aquello de: a la tercera... ¿irá la vencida?

Esa es la cuestión. Pero la tercera, ya está aquí. Sólo cinco días después de reaparecer en Atenas, se volvió a lesionar: rotura en el bíceps femoral de la pierna derecha. Otro pinchazo; otra visita a la enfermería. La historia interminable. Se le diagnosticaron tres semanas de baja: adiós a volver a jugar... hasta 2026. Hasta ahora. Ha pasado este tiempo y la evolución ha sido sobresaliente; sin sobresaltos. Mendy está recuperado y ya sólo necesita recuperar el ritmo competitivo. No es poco, pero ya es menos.

Radiografía de un túnel

La luz al final de su oscuridad: se ha perdido 37 de los últimos 46 partidos, por lesiones (el 80%). Y es que el dato es verdaderamente llamativo: sólo ha jugado 101′ en los últimos... ¡292 días! Por ponerle un prisma más concreto al asunto: desde el Euroderbi en el Metropolitano. La noche del doble toque de Julián Alvarez. Desde entonces, Mendy ha jugado dos partidos. Sólo 101′.

Es la consecuencia de una pesadilla. Todo comenzó hace 292 días, en el Metropolitano: rotura en el bíceps femoral izquierdo. Y una considerable. Sucedió en el 83’, durante un esprint. Le diagnosticaron en torno a un mes... y terminaron siendo siendo cinco semanas y media. Se perdió hasta nueve partidos (la vuelta de Copa, toda la eliminatoria contra el Arsenal y seis jornadas de Liga). Para volver el 26 de abril, en La Cartuja. Forzó para jugar la final de Copa y a los 11′, crac: rotura del tendón proximal del recto anterior en el cuádriceps derecho. Una lesión grave. Quirófano y ostracismo.

Siete meses...

Ahí comenzó el verdadero calvario de Ferland: no volvió a jugar hasta el 26 de noviembre, en Atenas. Fueron 214 días de ausencia; casi 31 semanas. Fueron siete meses exactos. Pero las sensaciones, notables. De muy buena nota, tras tanto. Se le vio rápido, sólido y con confianza. Transmitió que, tal vez, había más debate para el lateral izquierdo del que se podía imaginar. Y cinco días después... otra lesión. Esta última. La rotura en el bíceps femoral derecho. Tres semanas, hasta ahora. Hasta hoy.

...y tres semanas, fuera

Mendy ya tocó balón en la víspera del Sevilla e, incluso, estuvo en la convocatoria. Pero aquella llamada fue más un gesto −y una necesidad por la acumulación de bajas−, que algo en firme. La idea es que esta tarde sea uno más con el grupo y que vaya acumulando rodaje. Todo, con vistas a Arabia Saudí. A estar al 200% para la Supercopa de España: semifinales, el 8 de enero, ante el Atlético de Madrid (la hipotética final sería el 11 de enero, ante Barça o Athletic).

Futuro incierto

Mendy vuelve por Navidad. Vuelve, esperando que a la tercera, vaya la vencida. Que tras sólo jugar 11′ después de la lesión del Metropolitano y 90′, tras la de La Cartuja, esta vez el aterrizaje sea definitivo. Y vuelve sabiendo que su situación es delicada: pese a tener contrato hasta 2027 −uno que el club, a día de hoy, sigue sin comunicar−, en los despachos están abiertos a escuchar ofertas. Propuestas. Si quiere seguir... debe convencer. Primero, de que su inestabilidad en forma de lesiones, es pasado. Y segundo, que sigue siendo el mismo. Que sigue siendo Mendy, el lateral de las dos Champions.

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