Mendoza, en el radar de Xabi

Rodrigo Mendoza (Molina de Segura, Murcia, 2005) solo lleva nueve partidos en Primera División y ya tiene a media Europa, incluido el Real Madrid, tras sus pasos. El mediocentro del Elche colecciona novias. La Juve y el Arsenal fueron los últimos en sumarse al interés de un chico al que no paran de comparar con Pedri. Su cláusula, desde el pasado verano y tras renovar con el Elche hasta 2028, es de 20 millones de euros. Los expertos coinciden y ven a Mendoza como una ganga. Su explosión con el Elche y su gran papel en el Mundial Sub-20 con España, además de sus últimas internacionalidades con la Sub-21, le han puesto en el radar de muchos equipos.

El Real Madrid tiene anotado el nombre de Rodri desde hace tiempo. El curso pasado, ya sonó para reforzar al conjunto blanco. Luego, llegó la renovación del murciano y se enfrió todo. Pero ha sido en las últimas semanas cuando se ha vuelto a despertar el interés en Mendoza por parte del Madrid y de otros clubes que están detrás de sus pasos. El canterano franjiverde pasa este domingo la prueba del algodón, un test ante el conjunto blanco, que podrá comprobar de primera mano la evolución de un jugador que lleva tiempo en su agenda.

A Rodri, pese a su descarada juventud, le ha costado llegar a la élite. AS ha profundizado en los orígenes de un mediocentro que se forjó en el campo de tierra del Altorreal, un club modesto que tiene su sede cerca de Molina de Segura, su localidad natal. “Rodri destacaba por su compromiso y su calidad. Me llamaba la atención que siendo tan pequeño se besase ya el escudo del Altorreal. Era un niño que siempre quería jugar y entrenar, aunque lloviese. Se formaban charcos en nuestro campo de tierra y él buscaba la zona que no estaba inundada para entrenar. Rodri, de forma literal, sale del barro, y empieza desde abajo. Todo lo que ha conseguido ha sido a base de insistencia”, recuerda con cariño José Ángel Cutillas, el primer entrenador que tuvo Mendoza y que le acompañó durante cuatro años. “Entró con nosotros en ‘chupetas’ y yo ya le ponía con niños más mayores”, sentencia Cutillas.

Mendoza todavía tardó en recalar en una cantera con nombre. Tras el Altorreal, siguió su formación en el San Miguel y el Ranero. Luego, le echó el lazo el Elche. “Cuando llegó, no era corpulento y estaba por hacer. Pero siempre ha tenido un talento brutal y una visión de juego superior a la de su edad. Además, Rodri viene del barro, de su casa, pero creció a pasos agigantados”, afirma Carlos Geraldo, entrenador durante cuatro años de Rodri, en cadetes y juveniles del Elche.

La madurez de Rodri, pese a sus 20 años, también le hace diferente al resto. Al menos, eso apuntan los entrenadores que forjaron el talento del centrocampista. “Rodri no fue titular desde el primer momento y le costó ganarse el puesto. El proceso fue largo, aunque la prudencia en dar los pasos fue clave. Pero me quedo con la gran capacidad que tenía para absorber lo que le decíamos. Cuando hablábamos con él parecía que lo estabas haciendo con un chico de 21 años cuando solo tenía 15. Insisto, su virtud es la forma de interpretar el juego porque no todos los jugadores llegan a eso”, confirma Geraldo, quien insiste en que a Rodri nunca le han regalado nada: “Yo he llegado a ver a Mendoza apartado de los entrenamientos del primer equipo, pero insistió y nunca se hundió”.

Sobre si 20 millones de euros es mucho o poco por un chico con menos de una decena de partidos en Primera, tampoco hay mucho debate en el entorno del jugador. “Lo están comparando con Pedri y a mí eso no me gusta, pero que el propio Pedri diga que es muy bueno... A mí me parece que es un jugador que vale la pena pagar todo lo que cuesta. Es diferencial. Además, está llevando muy bien el boom cuando todavía es muy joven y eso es gracias a su familia, que es ejemplar. Su entorno es buenísimo”, sentencia Geraldo.

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