Mendiliebers

El 21 de marzo, hace poco más de un mes y en pleno parón de selecciones, José Luis Mendilibar aterrizaba en Sevilla como solución desesperada a una campaña que se había puesto muy gris tirando a negra, con el descenso quemando bajo los pies y pocas o nulas posibilidades (el sorteo ya había deparado al Manchester United) de seguir dando pasos en Europa. Mendilibar se convertía en la tercera elección para el banquillo de esta fallida 2022-23, después de dos destituciones muy costosas en lo sentimental y lo económico, las de Lopetegui y Sampaoli.

A Mendilibar se le pedía que pusiera en la plantilla sentido común en pos de la salvación, como fuera. Unas pocas semanas han bastado para que el técnico vasco casi haya logrado ya el primer objetivo, al que suma la no menos importante propina de una o quizá varias ilusiones: levantar la Séptima y meterse así en la Champions del año que viene. Se han disipado por completo las dudas que planteaba un técnico que, más allá de una breve estancia en el Athletic, nunca había dirigido a un club de la dimensión del Sevilla. El Sánchez-Pizjuán cree por completo en Mendilibar. Se ha llenado de ‘Mendiliebers’.

Cuatro victorias (Cádiz, Valencia, Villarreal y la vuelta ante el United) y dos empates (Old Trafford y Celta de Vigo) ha sido el primer bagaje del entrenador de Zaldibar en el banquillo sevillista. Pero, más allá de los resultados y las perspectivas de futuro, Mendilibar ha sembrado la certeza de que la plantilla, con sus evidentes deficiencias, era mucho mejor de lo que los resultados y las sensaciones con sus antecesores estaban certificando.

Balón parado, juego vertical, insistencia en tocar la pelota siempre en campo contrario... Abecés del fútbol que se alejan por completo de lo visto con Sampaoli para que en el Sevilla comience a resucitar gente como Suso, Montiel o Lamela y se confirme la vuelta al mejor rendimiento de futbolistas fundamentales como Lucas Ocampos y Youssef En-Nesyri, este último con 15 goles ya en 2023 después de haber hecho apenas dos antes del Mundial con el Sevilla.

El equipo blanquirrojo afronta en mayo otra eliminatoria de campanillas ante un nuevo gigante europeo, la Juventus, pero Mendilibar le ha quitado la cara de perdedor. Y a día de hoy y aunque el séptimo, el Athletic, se encuentra a 8 puntos a falta de 8 jornadas, nadie quiere descartar un arreón final que meta al Sevilla en Europa por otra vía que no tenga que ser ganar la Europa League. Sería un auténtico milagro. Pero la fe en Mendilibar ha vuelto a llenar Nervión de ciegos creyentes.