Mbappé tiene que dar el paso

Desde hace dos meses, concretamente desde el 12 de junio, no se habla de otra cosa en Francia que del futuro de Kylian Mbappé. Ese día, el delantero, mediante una carta enviada a la sede del PSG, manifestó su intención de no ejercer su potestad para prolongar su contrato hasta 2025, una cláusula unilateral que caducó el pasado 31 de julio. Entretanto, han pasado muchas cosas, muchísimas, pero la realidad es que a 8 de agosto el internacional francés, de 24 años, sigue siendo a efectos legales jugador de la primera plantilla de los parisinos... y dentro del grupo de los “indeseables”, como se ha denominado a los descartes que tienen que ejercitarse apartados. Ayer lunes, aunque el equipo volvió a Poissy tras el fin de gira, Mbappé tuvo que entrenarse por la mañana y el grupo, por la tarde. En estos momentos, en Francia se hacen cábalas con una vía posible para desencallar esta situación: que Mbappé haga un gesto público e inequívoco de que quiere dejar el PSG y eso ‘active’ al Madrid, que lo ve todo desde la barrera.

Al Khelaïfi y Qatar han hecho lo imposible para buscar la reacción del jugador, que ha desoído todos los órdagos que le han llegado. Primero fue darle un ultimátum para que decidiera antes del 15 de julio, después fue descartarle de la gira, ahora le han apartado hasta nueva orden y le amenazan con dejarle en la grada toda la temporada... Pero Mbappé, muy sereno, sigue firme.

Decir en público que no quiere irse del PSG puede ser una estrategia, o no, diseñada por su exquisito departamento de comunicación. Si en algún momento de la pretemporada hubiera manifestado su intención de marcharse, el club se habría ahorrado los 40 millones de euros de la prima de fidelidad que le abonó el pasado 1 de agosto.

El PSG tiene prisa por vender. El sábado, Mbappé no jugará contra el Lorient en el Parque de los Príncipes en el debut de los de Luis Enrique. Fuentes del club reconocen que será un día importante para meter todavía más presión al jugador. Los ultras, que tienen un peso importante en el club, se manifestarán seguramente en contra de él. Hay un precedente, no idéntico, pero similar en 2019. Neymar quiso volver al Barcelona, Al Khelaïfi le descartó hasta que terminó el mercado y los ultras le profirieron insultos que se olvidaron con el tiempo, pues un año después el brasileño fue uno de los artífices de que el equipo alcanzara la primera y única final de la Champions de su historia.

Posturas muy definidas

El recibimiento del Parque de los Príncipes a Mbappé no le hará cambiar, a priori, de opinión. El PSG debe abonarle todavía 40M€ de la prima de fidelidad y otros 60 de los 180 de prima de renovación cuyo pago se fraccionó hace un año para encajar en el Fair Play Financiero.

Como viene informando AS, el Madrid contempla el conflicto ajeno a los acontecimientos. No ha habido negociación alguna con el club francés ni con el jugador y la postura en Valdebebas es que tampoco la habrá. Y si el futbolista se mantiene firme, el escenario que plantean desde Francia parece improbable, porque la última vez que compareció ante los medios de comunicación fue el 15 de junio, en una concentración con Francia, insistió en que quería cumplir el último año de contrato y que “estaba muy contento” con la decisión.

Si Mbappé sigue siendo jugador del PSG el 3 de septiembre deberá ser reintegrado en la dinámica del primer equipo. Le ampara la ley y la Carta de Futbolistas que firman el Sindicato de Jugadores (UNFP), la Federación Francesa de Fútbol y la Liga francesa. Podría, incluso, apoyarse en la jurisprudencia, ya que Ben Arfa vivió una situación similar con el PSG y ganó. Otra cosa sería que Luis Enrique, por órdenes de Qatar, decidiera no convocarle, pero ese escenario sería insostenible.

A pesar de que Mbappé no ha dado un paso al frente y es complicado que lo dé, su familia y entorno se movieron la semana pasada para analizar una posible salida. La única oferta que puede hacerle cambiar de opinión, a pesar de que públicamente dice que quiere cumplir su contrato con el PSG, sería del Madrid. Pero el club blanco, en principio, también es firme y no se mueve...