Maxi Perrone afronta un desafío

Hace tres años, Máximo Perrone no dejaba de ser un canterano de Vélez Sarsfield. Pero no uno cualquiera, con 18 años recién cumplidos ya estaba rondando el primer equipo fortinero, dirigido por Mauricio Pellegrino en aquellos momentos, quien ahora suena con fuerza para el Cádiz. Además se le dibujaba tal potencialidad que hasta el Real Madrid le seguía la pista aún sin haber debutado en partido oficial con los de Liniers.

Dos años después, en enero del 2023, el argentino dio el salto a Europa con los pesados galones de quien con apenas 19 años ya ha llevado la cinta de capitán de Vélez. un club que luce la Copa Intercontinental en sus vitrinas. Su destino no fue el Real Madrid, sino el Manchester City de Pep Guardiola. Con poco rodaje en el club inglés desde su fichaje invernal, en verano tocaba buscar cobijo en Las Palmas. Club de idiosincrasia demandante de pelota con un entrenador criado en Can Barça. Pocos lugares en la élite mejores para alguien que necesita ganar experiencia en un sistema de mentalidad futbolero análoga a la del club mancuniano, salvando las distancias.

Y en ello anda el mediocentro. Le costó entrar en el once, no fue hasta finales de octubre cuando empezó a habituarse a la titularidad. Y es que el tridente Kirian, Muñoz y Loiodice, parecía inamovible. Aunque siempre quedaba la sensación de que el primero, como mejor rendía no era de pivote —su rol asignado en esa terna— sino de interior. Y eso ocurría cuando Perrone jugaba de seis —cinco en su argentina natal—.

Ese proceso correcto de adaptación le ha ido generando un espacio en el once en detrimento de Loiodice. “Son cosas que uno va sumando a su juego. El equipo las necesita y uno las tiene que hacer”. Comentaba esta mañana en rueda de prensa en la previa del partido ante el Real Madrid. “Al final jugamos con una línea tan alta que, sin darme cuenta, estoy entre los centrales porque están tan altos que uno no tiene tanto espacio para ir para adelante, porque está la siguiente línea. Así que son cosas que uno tiene que ir sumando madurando para ayudar al equipo”.

Este quizá sea uno de los motivos de su llegada a Gran Canaria, conocer un sistema táctico similar mientras crece en minutos en partidos, no solo en entrenamientos. Y sin atreverse a explicar similitudes de primer plano “es muy difícil comparar”, en el general sí que ve patrones similares entre los técnicos del City y Las Palmas: “En lo que es la filosofía de juego de posición de ser protagonista de intentar siempre intentarlo a través del balón, ahí sí”, explicaba con la precaución que tocaba.

Y esa es la mentalidad con la que afronta la U.D. su encuentro ante el Real Madrid. Siendo conscientes de que “hay un rival con mayor jerarquía”. Por eso avanzaba: “Sabemos lo que es el Real Madrid, sabemos su fortaleza y sabemos las nuestras. Tenemos que tratar de contrarrestar las de ellos y potenciar las nuestras. Ese es nuestro desafío para el sábado”.

El chico que hace un suspiro lideró Vélez en su victoria en Montevideo ante Nacional en la Libertadores de 2022 con apenas 19 años es cauto pero ambicioso. “Queremos ser mejores que ellos y vamos a intentarlo”. La empresa es muy complicada, avisaba: “Nuestro objetivo tiene que ser competir y para eso tenemos que estar al límite de nuestras posibilidades y si hacemos eso podemos llegar a competirle al Madrid”. Sin embargo, sabe lo que pasa a poco que Las Palmas no salte al 100%: “Si bajamos un poco nuestro nivel cualquier equipo nos supera”, confesó el mediocentro en línea a lo que manifiesta a menudo García Pimienta, y más ante tamaño oponente.

A todo esto, los merengues acuden a Gran Canaria sin la gran sensación del curso, Jude Bellingham, quien tampoco participó en la primera vuelta en el Bernabéu. Pero no es que se lleve el 8 amarillo una alegría por eso: “Tienen tantos jugadores que da igual. Es un gran jugador pero quien participe en su lugar seguramente será otro gran jugador. Así que no nos tenemos que preocupar tanto por esas individualidades sino por todo el equipo”, reconoció.

Por último, ante la polémica del pasado fin de semana del Real Madrid-Almería, mandó la pelota a la banda: “No depende de nosotros, nos tenemos que concentrar en lo que podemos controlar y lo que podemos controlar es jugar el partido”. Un choque del que espera una afición volcada. “Se va a llenar iba a ser una ayuda más dentro de la cancha”.