Maroto reaparece 500 días después
El canterano entró en la última convocatoria de Pezzolano y, horas después, redebutó con el Real Valladolid Promesas.
No ha sido el último un año fácil para Mario Maroto. Después de hacer una pretemporada de mérito, el verano pasado no encontró su sitio a las órdenes de Paulo Pezzolano y optó, al final del mercado, por una salida cedido en dirección al Atlético de Madrid B, pero allí tampoco acabó de hacérselo. Sucedió, en parte, por una lesión que le paró en el mejor momento y que le hizo volver entre algodones, teniendo que apurar una recuperación que le impidió tener una preparación estival al uso en su reencuentro con el técnico, con quien, no obstante, ha venido trabajando.
Así lo hizo la semana pasada, ya, por fin, con naturalidad, lo que le permitió entrar en su primera convocatoria contra la Real Sociedad. Y, después de vivir el partido en el banquillo, acompañado de Raúl Chasco, a la sazón, tercer lateral del primer equipo y que también había sido citado para enfrentarse al conjunto ‘txuri urdin’, cruzó el puñado de metros que separa Zorrilla de Los Anexos para sentarse en el de aquí, preparado para ser utilizado por Álvaro Rubio contra el Marino de Luanco.
Llegado el entretiempo, 500 días después; concretamente, 503, reapareció como blanquivioleta con el Promesas, sumando su cuarta temporada participando en un filial del que creyó despedirse hace trece meses y del que podría haberlo hecho, puesto que, tal y como informó durante el verano Diario AS, su estatus acordado por contrato, como el de Aceves y Chuki, le sitúa en un primer plantel bajo cuya dinámica está, aunque, como los dos anteriores, haya sido registrado con el segundo.
El mediocentro, que cumplirá 21 años el próximo 28 de noviembre, fue entrando en juego paulatinamente; primero, con Verde de escudero, y más tarde, llevando la manija unos metros por detrás, como el primer centrocampista del entramado vallisoletano. Poco a poco fue entrando en juego y dio una continuidad mayor que la que el filial había tenido sin él, fluyendo más gracias a su seguridad en el pase y al ritmo que es capaz de imprimir, gracias al cual los blanquivioletas crecieron.
Como quiera que el pasado mercado de fichajes no le ofreció una alternativa convincente (tuvo varias ofertas, pero no se acabaron de concretar por diferentes motivos), Maroto tiene la oportunidad de reencontrarse con su fútbol en casa, creciendo con el primer equipo y, si es necesario, cogiendo rodaje con el Promesas, una puerta que Álvaro Rubio le abrió tanto a él como a Raúl Chasco después del partido. “Son jugadores muy importantes; han estado muy bien. Nos pueden ayudar mucho. Está claro que les falta ritmo de partidos, pero ojalá lo puedan coger con nosotros y seguir con el primer equipo”, aseveró el técnico sobre ambos.
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