Maroto pide la vez a Pacheta
El mediocentro asomó en La Nueva Balastera con el primer equipo del Real Valladolid, cumpliendo, como el resto de sus compañeros del Promesas.
Hace escasos días, Mario Maroto, uno de los canteranos más prometedores del Real Valladolid, cumplía 19 años. Dos más tarde, le llegó la hora, una que parecía esperada desde hace tiempo: dispuso de cerca de media hora en el envite frente al Getafe con el primer equipo. Pacheta le dio entrada en el lugar de Monchu y el canterano no desaprovechó la ocasión; tuvo una actuación convincente.
Nacido 2003, empezó hace tiempo a competir con generaciones anteriores, tanto que debutó en la Liga Nacional juvenil con 14 años, una cuestión que provocó una alineación indebida y una polémica con el Parquesol, denunciante de aquella. Pareciera como si hubiera pasado toda una vida desde entonces y desde que, con los 15 cumplidos, volvió a ese equipo, con el que brilló y que empezó a catapultarle hasta la esfera de las inferiores de la selección española, con la que no pudo debutar por la pandemia y por lesiones.
Destacó, de hecho, ya con los 14, en el partido de la discordia. También, cuando se estrenó en División de Honor, donde, siendo de primer año, era un pilar fundamental que invitaba a pensar en un futuro halagüeño para él. Con Javi Baraja a sus órdenes (lo dirigió desde edad cadete hasta el filial), el centrocampista encontró la que quizás hasta ahora sea su mejor versión, una buscada siempre, aunque no siempre hallada durante la última temporada y media.
De modo semejante a lo que le ha pasado a Slavy, Maroto ha visto cómo otros compañeros, incluso más jóvenes como Fresneda o Chuki, han aparecido en el primer equipo antes que él. Pese a esta situación, que inevitablemente puede haber influido, se afana en buscarse y en llamar a la puerta. Dirigido en sesiones por Pacheta durante las últimas fechas, la vio abierta y pidió la vez, jugó en La Balastera como diciendo “si hace falta, aquí estoy”, con esa madurez tan suya, dé mayor o menor nivel.