Maroto espera su turno
El canterano tuvo unos buenos minutos contra el Astur, aunque Pezzolano no acaba de encontrarle sitio a su fútbol en el Real Valladolid.
Una de las cuentas pendientes que tenía Paulo Pezzolano en el debut en Copa del Rey frente al Astur era la de dar minutos a varios jugadores de la cantera infrautilizados en competición en las últimas semanas. A dos, Raúl Chasco y Juma, les hizo titulares, tal y como estaba previsto, pero se dejó para más tarde a otros dos: Chuki, sorprendente sustituto de Latasa en la delantera, y Mario Maroto, que entró en el ecuador de la segunda mitad en el que fue su segundo partido con el primer equipo.
Y aunque el mediocentro saltó al terreno de juego con el partido encarrilado y con el rival cansado, volvió a dejar unas buenas sensaciones en los minutos de que dispuso, en los que tuvo claridad con balón y pudo marcar con un disparo desde fuera del área. En total, dio 24 pases, de los cuales 20 fueron buenos, cinco con dirección al último tercio del campo y la gran mayoría al primer toque. En medio de un partido en el que las principales conclusiones se sacaron por quienes estaban ausentes, el canterano del Real Valladolid, que el día del Mallorca ejerció de asistente, demostró tener un ritmo nada despreciable en un equipo sin otro jugador igual.
En un centro del campo en el que priman el músculo y la intensidad, tener a un futbolista capaz de marcar la pausa, como hace el vallisoletano, otorga una alternativa al ‘rock and roll’ por el que Pezzolano opta con frecuencia. Frente a la querencia del entrenador y de sus compañeros por el vértigo y por los continuos cortes hacia el campo contrario, el fútbol de Maroto está marcado por una calma en la tenencia que no ha mostrado Mario Martín, por una pausa que Juric no tiene y por una clarividencia de la que Cömert carece en la que sería su posición ideal.
En lo que va de temporada, sin contar el medio tiempo disputado en el amistoso contra el Leganés, Maroto acumula solamente, 179 minutos (el equivalente a casi dos partidos), de los cuales 135 han sido con el Promesas, un filial con el que reapareció después de más de 500 días, después de que se terminase de recuperar de la lesión que le mantuvo al margen del final de la temporada pasada del Atlético de Madrid B, y con el que sus dos únicas apariciones fueron a un buen nivel, que valida la espera de una oportunidad mayor por parte del entrenador del primer plantel.
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