Markel Bergara: “Muchos jugadores de la Real llegarán a la Selección”
El vasco, ex jugador de Real Sociedad y Getafe, atiende a AS en el día previo al partido entre sus dos ex equipos para pronunciarse sobre el presente, pasado y futuro de ambos.
Se reconoce como una persona curiosa, con inquietudes. Quizás por ello, su retirada del fútbol profesional no le resultó excesivamente traumática, dentro de lo duro. Markel Bergara disfruta hoy de una etapa distinta en su vida, alejada del fútbol y los focos. Hasta los 33 años fue futbolista. Los campos de entrenamiento de Zubieta marcaron su infancia y el centro del campo de Anoeta, su carrera. En Getafe vivió sus últimos días como jugador. Dos temporadas y media, tan duras como enriquecedoras, que fue capaz de cerrar desde la satisfacción que aporta una conciencia tranquila. Hoy se declara entusiasmado con su nuevo día a día, pero abierto a nuevos proyectos.
¿Qué tal? ¿Cómo es la vida después del fútbol? ¿En qué está inmerso?
Pues la verdad es que yo soy una persona muy inquieta y, nada más dejar el fútbol, me saqué todas las titulaciones de entrenador, también la de director deportivo. Estuve entrenando a un equipo de Guipúzcoa e incluso hice las prácticas en la Real Sociedad, pero a día de hoy no me ha picado el gusanillo de estar dentro del fútbol. Creo que, de alguna forma, terminé un poco saturado y ahora mismo la verdad es que lo estoy siguiendo más como aficionado. Estoy metido en otras historias, en el mundo de las inversiones, de la inmobiliaria...Estoy muy contento, me siento realizado y disfruto el fútbol de otra forma.
¿Ve mucho fútbol?
Sí, sí. De lunes a viernes estoy centrado más en ese otro mundo que te comento, pero el fútbol me apasiona. No estoy ligado a él, pero lo estoy disfrutando de otra manera. Ahora estoy viendo incluso más fútbol que cuando estaba en activo (risas). No sé, me he vuelto a enganchar y ahora que vivo en Donosti voy a todos los partidos de la Real y disfruto muchísimo.
¿Ahora, desde fuera del mundillo, valora más la posición en la que estaba cuando era jugador?
Es cierto que al principio lo pasé medianamente mal, porque lo echas de menos. Llevas 20 o 25 años haciendo lo mismo y al principio, cuando ves partidos, añoras esos momentos, pero bueno, ahora ya he asumido mi nuevo rol en la vida. De todos modos, creo que, aún estando en activo, era del todo consciente de que era un privilegiado. La profesión que yo he tenido la suerte de ejercer es el sueño de muchos niños y siempre lo he sentido así.
¿Cómo de lejana le queda la etapa en la Real?
Si pienso en años, la verdad es que lejana. Como soy de Donosti y voy todos los días a Anoeta, no lo siento tan lejos, pero lo cierto es que sí que han pasado años.
Creció en las categorías inferiores del club. ¿Qué trabajo se hace en Zubieta que no se haga en otras canteras para que los jóvenes sean, año tras año, el pilar de un equipo que lucha por entrar en Europa?
Viene de muchos años atrás. Primero, el club y la afición tienen que creer en ello, y en la Real creen en ello, creen en ese sentimiento de pertenencia. Una vez que se cree, se trabaja. En Zubieta vienen trabajando muy bien toda la cantera, todos los clubes convenidos en la formación. Yo lo he vivido desde dentro, y ahora que he estado haciendo prácticas allí, he visto que ha habido incluso una mejora. Para nada es casualidad la cantidad de jugadores de nivel que están saliendo de la cantera. Todo es a base de trabajo, de tener un método y de creer en el proyecto. Yo soy un fiel defensor de esa idea. Como aficionado de la Real, estoy orgulloso.
Usted, además, vivió el crecimiento desde abajo. Debutó allí en Segunda División y, a partir de ahí, el club fue en línea ascendente...
A mí me tocó empezar en el primer equipo en tiempos muy convulsos, tanto económicamente como socialmente. Estábamos en Segunda y fueron años muy complicados, había mucha crispación alrededor del equipo...el club estaba mal en todos los sentidos.
Después, con la entrada de Jokin Aperribay, cambió la filosofía. Apostaron por mucha gente de la casa y la verdad es que tuvimos la suerte de crear un buen grupo. Subimos a Primera División y en poco tiempo pudimos entrar en Europa y en Champions. La evolución que ha tenido en estos años la Real, por mérito de la gente que está ahí dentro, es inmensa.
Pisó escenarios como Old Trafford. No todos los futbolistas tienen esa suerte...
Sí. Al final yo he sido un trabajador del fútbol, siempre me he considerado así. Pero me acuerdo perfectamente del día que jugamos allí. Tengo ese recuerdo, de haber llegado ahí con la Real, con el equipo de mi casa, y contra un equipo como el Manchester...Es el sueño de cualquier niño de la Real y yo estoy orgullosísimo de haberlo cumplido.
En las últimas semanas parece que se está cayendo un poco el equipo. Entre la Europa League y la Liga, solo ha ganado uno de los últimos ocho partidos que ha jugado. ¿Qué ha echado usted en falta?
Es verdad que ahora mismo la dinámica no es tan positiva, pero yo, personalmente, no veo que el equipo esté jugando mal. Al contrario. Creo que está haciendo ocasiones, está generando juego...pero nos está faltando ese cierto que sí ha habido en otros partidos, aun jugando peor. El equipo defiende muy bien, falta ese acierto que tuvimos en la primera vuelta. Los jugadores han demostrado tener un nivel altísimo y es cuestión de rachas.
No es la primera vez que el equipo baja considerablemente en la segunda vuelta. ¿A qué cree que se debe?
Creo que es cuestión de acierto, de rachas, como digo. Cuando no ganas dos partidos seguidos, al tercero ya vas con una ansiedad mayor; si no ganas tres seguidos, pasa igual... Eso nunca ayuda. Luego están los pequeños detalles. Creo que se está generando juego, se están generando ocasiones, y falta ese pequeño detalle de que entre o no entre. Estoy convencido de que, con los jugadores que hay, llegará ese click, y en el momento en que vuelvan a coger la racha volverán a ganar partidos con cierta solvencia. En todos los partidos que veo nunca considero que la Real haya sido peor que el rival.
La plantilla es muy joven. Muchos hablan de que puede ser uno de los equipos que más jugadores aporte a la selección española en los próximos años...
Sí. A mí en los últimos años me ha sorprendido muchísimo. Están saliendo muchos jugadores, pero, además, jugadores que cuando llegan al primer equipo dan directamente el nivel de Primera División. Eso no es fácil. Hay jugadores con mucho potencial y, en esta dinámica, muchos llegarán a la Selección. Estoy convencido.
¿Ve a la Real compitiendo por cotas incluso más altas dentro de dos o tres años, con algo más de madurez?
Sí, esa es la mentalidad del club actualmente, intentar mantener a los jugadores de la plantilla y conseguir matices fuera para ir mejorándola y que sea más competitiva. El año pasado fue el tercer año consecutivo en Europa. Este año el objetivo ya está siendo la Champions. Sabemos de su dificultad, pero bueno, ya estás en una dinámica un poquito mejor. Creo que nos están acostumbrando un poco mal, pero, a la vez, todos los aficionados de la Real somos totalmente conscientes de que hay nivel para exigirles eso y estamos intentando apoyarles para que lo consigan.
Este sábado se enfrenta al Getafe, el equipo en el que acabó su carrera. ¿Qué recuerdo guarda de esa etapa?
Pues, a nivel humano y personal, espectacular. Solo tengo palabras de agradecimiento a la afición y al club. Es un club al que le tengo muchísimo muchísimo cariño. Le veo siempre que puedo, tengo muchos amigos dentro y solo tengo palabras bonitas. Mi experiencia cuando jugué, sin las lesiones, fue muy bonita. Luego tuve una racha de lesiones con la que no lo pasé del todo bien, pero bueno, yo siempre digo lo mismo: teniendo tantas lesiones, guardar buen recuerdo de un club no es fácil. Y yo no tengo ningún ‘pero’, conmigo se portaron de forma excepcional. También el presidente, al que tengo mucha estima.
Sus dos años y medio allí estuvieron marcados por las lesiones, como dice. Pero siempre que estuvo disponible fue un hombre muy importante para Bordalás. ¿Cómo era desde dentro el mejor Getafe de los últimos tiempos?
Disfruté muchísimo. Fui a un club nuevo, en el que estaba Bordalás, que es un entrenador muy exigente. A mí ese tipo de exigencia me gusta. Mucho entrenamiento, mucha exigencia física, entregarse al máximo...la verdad es que, siempre que el cuerpo me dejó, disfruté muchísimo. A nivel de equipo, hicimos años muy buenos. Hay que ser conscientes de que el Getafe es un club humilde y creo que se hizo un trabajo muy bueno, se consiguieron cosas con las que nadie contaba.
Si la Liga hubiese empezado en la segunda vuelta, el Getafe sería quinto. ¿Qué ha cambiado en estos 8 partidos?
La verdad es que hubo un momento en el que lo vi complicado, porque el equipo no transmitía solvencia, y el Getafe necesita ser muy solvente defensivamente para ganar partidos. Ahora, al contrario. Defensivamente está siendo muy solvente y los jugadores de delante están metiendo goles. El equipo se ve que está bien trabajado. Todos, además, le han visto las orejas al lobo y están tirando en la misma dirección. Ahora el equipo me transmite mucha seriedad y, sobre todo, transmite que es muy difícil de ganar, que es lo más importante en Primera División.
Se ha criticado mucho a Quique. Ahora, algo menos. ¿Confía en él?
A mí siempre ha sido un entrenador que me ha gustado. No tengo demasiada información sobre él, pero siempre ha sacado rendimiento de sus equipos. Es cierto que cuando las cosas no funcionan en un equipo el entrenador suele ser la diana de todas las críticas, pero en un momento puntual ha sido capaz de tocar la tecla, volver a enganchar a los jugadores, y ahora mismo están en una dinámica positiva, algo que es difícil de conseguir tras esa racha.
¿Quién es el mejor entrenador que ha tenido?
Uff, pues la verdad es que no tengo respuesta. En el Getafe caí de pie, tuve la suerte de llegar a un club nuevo y, desde el primer momento, Bordalás apostó por mí, era el entrenador idóneo para el Getafe en ese momento. Pero también en la Real he tenido grandísimos entrenadores, y todos me han aportado. Lo más importante es el trato que tienen hacia el jugador, y no tengo ni un solo ‘pero’ de ninguno. Elegir uno sería un acto de mala fe por mi parte (risas).
¿Cree que volverá Bordalás al Coliseum?
Yo creo que sí. Él se sintió muy cómodo, muy querido, demostró su potencial. Allí la gente le quiere, el presidente tiene buena relación con él y creo que, antes o después, el tiempo les unirá.
Siempre ha tenido madera de líder. Ahora me comenta que no, pero en el futuro, ¿se ve en los banquillos?
Pues esa es una pregunta que yo me hago muchas veces. Ahora mismo, sinceramente, me siento realizado haciendo otras cosas, disfrutando de otro tipo de cosas, más con la familia o con los amigos en el fin de semana...pero la verdad es que el fútbol es algo que me apasiona, lo sigo diariamente y nunca se sabe. Creo que antes o después, de alguna forma, me ligaré él, pero, sinceramente, ahora no es el momento.
Getafe y Real Sociedad son dos equipos con estilos antagónicos. ¿Con qué manera de jugar se siente más identificado?
Yo he tenido entrenadores que han sido totalmente de balón, de no rifar ningún balón, otros de tocarla en largo...Creo que ahora mismo, si fuera entrenador, buscaría una mezcla entre ellos. A mí me gusta un fútbol bastante directo, en el que se busque la portería rival. Un fútbol rápido, vertical y de estar en campo rival.
¿Un resultado para este sábado?
Mentiría si dijese que no quiero que gane la Real. Al Getafe le tengo muchísimo cariño, digamos que es mi segundo equipo en Primera División, pero tengo que reconocer que soy de la Real desde que tengo uso de razón y, bueno, que gane la Real pero justito (risas).