REAL MADRID | EL PREPARADOR DE RODRYGO
Marcel Duarte: “Rodrygo no tiene techo”
El preparador personal de Rodrygo desde hace 10 años atiende a AS para radiografiar al ‘crack’ del Real Madrid.
Rodrygo Goes (22 años) está de moda. El delantero brasileño del Real Madrid se ha convertido en el máximo goleador blanco en el mes de mayo con seis goles anotados, incluyendo sendos dobletes en la final de Copa del Rey contra Osasuna y frente al Sevilla en duelo liguero. Una de las personas que mejor conoce al de Osasco es Marcel Duarte (43), su preparador físico desde hace diez años y gran responsable del fenomenal momento que atraviesa el 21 madridista. Duarte atiende a AS en el Gran Hotel Attica21 de Las Rozas, que se prestó amablemente a facilitar sus instalaciones para realizar la entrevista y el reportaje fotográfico.
—¿Cuánto tiempo lleva trabajando con Rodrygo?
—Yo conocí a Rodrygo por su padre, Eric. Tenía una clínica en Brasil donde trabajaba con jugadores, donde los atendía, los preparaba físicamente y hacía de consultoría. Conocí a su padre porque él era jugador. Trabajamos juntos dos meses. Un día, en pretemporada, me llamó y me dijo: “Marcel, Rodrygo tiene 12-13 años, yo me voy a jugar. Me gustaría que tu cuidases de él porque tengo un plan en la cabeza. Vamos a hacerlo y confío en tu trabajo”. Le dije que podía contar conmigo. Empezamos a valorar y a ver qué necesitaba…
—¿Cómo ha sido su evolución desde entonces?
—Su padre y yo hablábamos mucho. Me trasladó lo que pensaba, lo que quería. Planificamos juntos todo año a año, hasta llegar a un nivel muy alto. Íbamos sin prisa porque Rodrygo era muy joven y nosotros no queríamos cambiar nada de lo que ya tenía y así potenciar hasta hoy, como hacemos. Así lo hacíamos y hacemos en la actualidad; año a año nos sentamos, discutimos, trazamos planes…
—Su primer gran salto fue cuando subió al primer equipo del Santos. ¿Cómo fue?
—Un día íbamos a trabajar. Nos fuimos a su casa y el entrenador le llamó: “Subes. Vas a entrenar con el equipo profesional. Vamos a subir a algunos canteranos y tú ya te vas a quedar aquí con nosotros”. Para nosotros fue una etapa muy feliz, porque teníamos un plan de trabajo según la categoría y subimos dos. Pensamos: “¿Qué hacemos? Nada. No hacemos nada. Ya está hecho. Seguimos”.
—Su siguiente paso fue llegar al Real Madrid…
—Sí. Fue muy rápido. Cuando subió al primer equipo del Santos nos quedamos muy contentos, pero de Rodrygo, ya en sus primeros partidos, hablaban muy bien de él. Subió muy rápido al primer equipo y demostró mucha calidad. Pasó a ser un jugador muy importante y rápidamente los grandes equipos se fijaron en él. Un día su padre me llamó: “Marcel, quiero hacerte una invitación. Tenemos que charlar”. Le dije que cuando quisiera. Por mi cabeza no pasaba nada. Me dijo: “Marcel, Rodrygo se va al Real Madrid. ¿Quieres venir con nosotros?” Le dije: “Madre mía, ¡claro que sí!”. Fue algo muy rápido porque Rodrygo tiene una cualidad muy grande: es un chico muy dedicado. Sabe lo que quiere. Cuando quiere algo no hay nada que se lo quite de la cabeza. Ahora estamos aquí para que él pueda hacer sus mejores actuaciones. Rodrygo es un genio.
—¿Cómo fue esa transición del fútbol brasileño al fútbol español?
—Trabajamos con unos 30 días de margen, creo recordar. Creamos un plan para estructurarlo lo mejor posible. Su padre ya había hablado con el club que nosotros íbamos a trabajar en conjunto. Hasta el día que vino, que fue el 4 de junio, fuimos a Osasco, su ciudad natal, e hicimos mucho entrenamiento. Allí terminamos un ciclo.
—¿Cómo es su plan de trabajo en una semana de competición?
—Tenemos una comunicación diaria con el club. Ya desde el inicio de la temporada tenemos todo planeado, pero luego, según vamos viendo, distribuimos la semana. A veces tenemos un partido. A veces tenemos dos. De acuerdo con esto, planeamos todo lo que vamos a hacer con él. Si va a hacer sesiones de fuerza, de velocidad, de lo que sea.
—¿Cómo fue su trabajo durante la pandemia? Al regreso se le vio más fortalecido.
—Cuando vino la pandemia fue una cosa que para todo el mundo resultó una locura, porque no se sabía cuándo iba a terminar. Por supuesto, estuvimos muy en comunicación con el club. Tampoco sabían qué iba a pasar, pero nosotros teníamos todo planeado. Y ambos decidimos llevar a cabo un entrenamiento muy específico, muy dirigido para él. Todos los jugadores estaban con su preparación porque no se sabía qué día tenían que estar listos.
“Hemos pactado un protocolo con el Madrid para agilizar su recuperación”
—¿Y cómo se recupera de un partido?
—Nosotros ya tenemos un protocolo de recuperación pactado con el club desde que sale del partido para agilizar su recuperación. Me vienen las informaciones (datos) y ya discutimos lo que es mejor hacer para ello, junto con todo el equipo de Pintus. Distribuimos la información por todos los departamentos. Trazamos este protocolo hasta el próximo partido.
—Uno de esos protocolos me imagino que son sus horas de descanso, de sueño. He visto que tiene un anillo que le controla el sueño: envía datos para saber cómo ha descansado y de esa manera trabajar unas cosas más que otras…
—Sí, sí. Tenemos algunas valoraciones importantes que hacemos. Y a través de estas respuestas trazamos lo que vamos a hacer. Por eso controlamos su sueño. La alimentación ya está toda preparada debido a su desgaste en cada partido. Cuando tenemos todos los protocolos se manda a cada departamento un informe y este informe tiene que tener un ajuste diario. Yo soy responsable de que Rodrygo esté tranquilo y esté preparado para los entrenamientos, los partidos, etc.
—Ahora llegan las vacaciones, ¿hará Rodrygo trabajo específico para mantener su estado o se le da más libertad?
—No podemos parar porque es un jugador, es un atleta y tenemos que tener un cuidado muy grande. Después de venir de jugar con Brasil va a tener sus vacaciones, porque es un ser humano. Hay que dejarle la cabeza libre, tenemos que dejarle muy tranquilo porque es un ser humano y tiene que tener sus vacaciones. Y antes de volver a Madrid, empezaremos, de acuerdo también con las directrices del club, nuestra pretemporada. Ya tenemos todo planeado y llegará totalmente adaptado a la misma.
—¿Por qué tiene tan pocas lesiones?
—Yo veo dos aspectos: primero, su dedicación. Rodrygo es muy dedicado, es un jugador muy responsable. Rodrygo sabe que cada ejercicio que hacemos es muy bueno para él. Lo segundo es la comunicación con el club. Nosotros no podemos hacer nada si no tenemos datos. Y con los datos que nos pasan, trabajamos. Tenemos una comunicación muy buena con el club. Y esto es clave para tener cierta prevención.
“La comunicación Pintus y con el club es buenísima; eso es clave”
—¿Ha tocado techo Rodrygo?
—No. Todavía tiene mucho techo porque Rodrygo apenas tiene 22 años. Los jugadores suelen tener 28 años cuando llegan al cien por cien en su profesión. Tenemos un plan ya hasta esta edad (28 años). Siempre cambia alguna cosa porque las temporadas son diferentes. Pero ya tenemos una idea y hasta los 28 años tenemos mucho que lograr. ¿Adelantar algo de ese plan? No. Vamos a ir poco a poco, porque una temporada nos pide una cosa, la siguiente pide otra… Pero lo más importante es la comunicación con el club. Tenemos una buenísima comunicación con Pintus…
“Tenemos un plan para Rodrygo hasta los 28 años, hay mucho que lograr”
—¿Cómo es trabajar con él?
—Antonio es un gran preparador. Me quedo muy encantado de hablar con él siempre. Su equipo es muy grande. Nos tiene mucho cariño. Nuestra comunicación es la clave de que vamos a llegar a los 28 años al cien por cien.
—¿Usted le conocía antes?
—Lo conocía por los periódicos, por toda su experiencia, por todos sus títulos. Para mí es una persona que ya sólo al conocerla me transmitía una imagen muy buena. Cuando tuve la oportunidad de hablar con él, de conocerlo, me dejó muy encantado porque es una persona que tiene muchos conocimientos, pero es muy humilde. Siempre está atento. Nosotros hablamos día a día y siempre con mucha humildad. Y tenemos mucho que agradecerle por todo lo que hace con nosotros por esta comunicación.
—Vinicius y Militao también tienen preparadores físicos. ¿Habla con ellos para comentar y compartir sus trabajos?
—Tenemos una amistad muy buena. Nos reunimos a veces. Cuando quedamos charlamos, intercambiamos informaciones…