Manita y a Marsella

El Villarreal por fin firmó un partido perfecto en La Cerámica después de muchos meses. El Submarino fue incisivo, llegó a línea de fondo y apenas tuvo problemas en defensa. Goleó al Granada y mediada la segunda parte ya estaba más pensando en el Marsella que en otra cosa. Lo peor, los percances físicos de Bailly y Mandi, dos centrales, aquejados por un virus, que hicieron debutar a Lekovic.

Bien por el virus, bien porque Marcelino hiciera un once pensando en el Vélodrome, la cosa le salió redonda. Puso titular a Reina y se rodó para el jueves después de muchos meses sin jugar. Dio descanso a otros que serán fundamentales en Francia: Akhomach, Comesaña o Coquelin. Y dio galones a otros que necesitan minutos como el comer, como Sorloth, Parejo, Capoue o Traoré.

El guión soñado se cumplió. Sorloth hizo un hat-trick; Parejo, otro de asistencias; Capoue marcó después de muchos meses, y Traoré, pese a no salir en la estadística, fue clave en los tres primeros goles del Villarreal. Fue la primera parte más plácida del Submarino en casa después de muchísimo tiempo. Sorloth marcó en las dos primeras que tuvo, la primera tras recoger un rechazo del larguero tras un remate de Gerard y la segunda a pase de Parejo. El doblete encarrilaba el cuarto triunfo de la temporada en La Cerámica, un lugar que, lejos de ser un fortín, era un sitio donde los amarillos se sentían realmente incómodos. Capoue, a la salida de un córner, también celebró.

El Granada, por su parte, fue un pelele en manos del Villarreal. El percance de Hongla, en el calentamiento, no hacía presagiar nada bueno. Y así fue. Tres goles encajados en apenas media hora dejaron al aire las vergüenzas de un equipo deslabazado, sin intensidad en los duelos y blando en defensa ante los ataques del Submarino.

Tras el descanso, se esperaba una reacción del Granada, al menos por vergüenza torera. Pero nada. En la primera jugada marcó Guedes y los nazaríes entregaron la cuchara. Sorloth, que perseguía su triplete, lo encontró tras otro córner bien botado por Parejo. Corbeanu, en el descuento, marcó el gol del honor.