Luis Helguera huye de la procrastinación

Todos tenemos a algún vecino al que sientes por el patio de luces trastear con cacharros en la cocina cuando el sol apenas está preparándose el primer café de la mañana. ¿Este hombre ya está despierto?, te preguntas con legañas todavía. Pues sí, y no solo eso, ya sacó al perro, compró el pan y el periódico y se afeitó. No has mirado el whatsapp y don Agustín ya te lleva dos horas de ventaja.

Este vecino que todos tenemos bien podría ser Luis Helguera. Su ahorro energético debido a su bajo perfil le permite centrarse en lo importante. En lo que van a exigirle: resultados y buenos. Esta aversión a la procrastinación se vio claramente en junio. No habían pasado quince días después del ascenso y el club anunciaba de una tacada el casi todas sus bajas, solo faltaron las de Enrique Clemente, Álex Domínguez —y todo apunta a Pinchi—. Tan milimetrado estaba la hoja que Miguel Ángel Ramírez las comentó como aquellos camareros que te dicen hasta las raciones que quedan de los platos de fuera de carta.

Si esto ha sido en el caso de las bajas, en las altas, la dirección deportiva no ha sido menos proactiva. Como si de un goteo permanente, la plantilla se ha ido completando en un persistente golpe de remo. Los últimos fichajes de Julián Araujo y Munir Haddadi dejan el cupo casi lleno a falta del refuerzo del centro de la defensa, Mika Mármol, el gran favorito para el centro de la zaga. Y para la punta de ataque Sory Kaba parece algo más complicado lo que abre otras posibilidades.

Operación de Fabio

Dentro de esta planificación, que saldrá mejor o peor pero parece lógica, acaba de abrirse una puerta a la incertidumbre de forma inesperada. El club anunciaba que Fabio González tendrá que pasar por el quirófano el próximo 5 de agosto. La lesión la sufrió en el partido del ascenso ante el Alavés, tras una durísima entrada de Guridi. A pesar de ello el jugador pudo comenzar la pretemporada, pero en el partido de pretemporada ante el Almería voy a resentirse.