Los penaltis condenan a un Girona en cuadro

El Girona cayó derrotado ante el Olympique de Marsella de forma justa, fue inferior, pero con un penalti inexistente que empezó a decantar el partido. Un piscinazo de Greenwood, impensable en tiempos de VAR, pero efectivo en un amistoso de pretemporada. Pero la anécdota, los resultados en pretemporada nunca dejan de serlo, no debe tapar los problemas del conjunto catalán. Míchel se plantó en Andorra sin fichajes, con 14 jugadores sanos del primer equipo (entre ellos tres porteros) y una convocatoria de 21 futbolistas. Muy pocos efectivos para superar a un Olympique de Marsella rodado, con jugadores de la talla de Greenwood o Rabiot, que mandaron durante prácticamente todo el partido.

El partido arrancó con un ritmo inusualmente alto para estas alturas del verano, seguramente empujados ambos equipos por la suave temperatura andorrana. El Girona visitó de visitante, pero también se sintió así: en las gradas dominaron los aficionados del OM. Unos aficionados que enmudecieron por un segundo en el minuto seis, cuando Blind, tras una excelente asistencia de Asprilla, cerca estuvo de inaugurar el marcador. Fue, de hecho, la más clara de la primera parte para los de Míchel.

Poco a poco el Olympique de Marsella fue haciéndose dueño del partido. Combinó más y mejor por dentro, pero es que además encontraron constantemente a Greenwood en banda. El Girona insistió más con Asprilla que con Tsygankov, que sirvió un buen balón que casi remató Stuani a la media hora de partido. Antes, el OM, ya había inquietado a Gazzaniga.

El primer gol llegó antes del descanso, obra de Greenwood, de penalti. De hecho el ex-del Getafe fabricó él solo el gol en una jugada personal en la que se dejó caer. Como en el fútbol de antes, sin VAR, el colegiado picó y pitó penalti tras el piscinazo del inglés. Murillo, pocos minutos antes, remató completamente solo un córner en el área pequeña pero falló incomprensiblemente.

Con un equipo cogido con pinzas, las posibilidades de cambiar por parte de Míchel fueron escasas. Solo con jugadores del filial en el banquillo (a excepción de Francés) en la segunda parte se notó todavía más el dominio del equipo francés. Greenwood, demasiado solo durante varias fases del partido, disparó cruzado en el 52’. Diez minutos después, el Olympique marcó el segundo de la noche. También de penalti, esta vez obra de Gouiri, pero esta vez de forma justa. Arnau atropelló a Harit y el árbitro no lo dudó. Los minutos finales, que no fueron pocos, no tuvieron mayor historia.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí