Los números cuestionan a De Jong

Las dos últimas victorias del Barça contra Nápoles y Atlético, practicando buen juego además, permitieron abrir un debate en el entorno azulgrana a propósito de Frenkie de Jong, un futbolista de una jerarquía innegable pero que, según sus críticos, influye menos de lo que debería en el equipo. Pese a ser titular indiscutible, los de Xavi no lo echaron de menos en estos dos partidos y eso abre la puerta a explorar los números con y sin Frenkie de Jong esta temporada. Con el holandés, el Barça ha jugado 27 partidos, de los que ha ganado 17 (62,9%). Sin él, los azulgrana han ganado diez de los quince que han disputado (66,6%). La diferencia se ensancha incluso en Liga. Con De Jong, un 63% de victorias. Sin él, un 70%. La fría estadística señala que, con o sin De Jong, los números son similares.

De Jong, además, ha jugado completos los cuatro partidos dramáticos del Barça esta temporada: los batacazos en casa ante Girona (2-4) y Villarreal (3-5); el baño del Madrid en la final de la Supercopa en Riad (4-1). Y, finalmente, la derrota en la prórroga de los cuartos de Copa en San Mamés (4-2). En el club no se duda de la capacidad futbolística del holandés. Lo que sí se discute es si su presencia justifica un altísimo salario que le obligaría a ser uno de los jugadores franquicia. Muchas voces, también dentro del club, ‘exigen’ a De Jong mucho más liderazgo cuando le toca jugar. Una capacidad de rebeldía y de arrastrar a los compañeros en los días difíciles que de momento no ha demostrado. En su quinta temporada como jugador del Barça, y en su condición ya de cuarto capitán, hay quien se ha cansado ya de esperar al futbolista que en el Ajax apuntó a dominador del centro del campo de cualquier grande de Europa. De Jong juega correcto, pero pocas veces de manera arrebatadora y emocionante.

Tampoco es un jugador de números. Ha marcado dos goles y no ha dado una sola asistencia en toda la temporada, aunque eso también tiene que ver con la posición en la que ha actuado. Xavi utiliza al holandés en una posición retrasada en el doble pivote y le da la responsabilidad de trasladar el balón hacia posiciones más avanzadas. En el fondo, es el gran valor de Frenkie de Jong: romper líneas en conducción. En los últimos metros, cuando los espacios se reducen, tiene más problemas de creatividad y suele ser mucho más previsible que, por ejemplo, Pedri y Gündogan. De Jong se ha lesionado dos veces esta temporada. Primero, sufrió una sindesmosis tibioperoneal distal en el tobillo derecho en el partido de Liga contra el Celta en el Lluís Companys. En el partido de Liga contra el Athletic en San Mamés también se torció el tobillo derecho. Más allá del debate que genera su juego, su presencia contra el PSG se antoja fundamental para ayudar a Christensen y Gündogan en la zona ancha. No obstante, el cuerpo técnico quedó muy satisfecho de los dos partidazos que hizo Sergi Roberto contra Nápoles y Atlético.

De Jong tiene la llave de su futuro. Al Barça no le importaría venderlo si llegase una gran oferta. De momento, sin embargo, el futbolista siempre se ha mostrado feliz en Barcelona y ha cerrado la puerta a un traspaso. El cuarto capitán incluso se enfureció con los periodistas en la sala de prensa del Stadio Diego Armando Maradona. “Estoy cabreado (...). ¿No os da vergüenza? Vais diciendo cosas que no son verdad; me estoy irritando un poco”, les reprochó después de la filtración de su elevado sueldo (”45 millones he leído; eso está muy lejos de lo que cobro”, el más alto de la plantilla según algunas informaciones. Tal vez, de su rendimiento de aquí a final de temporada pueda depender el análisis de la dirección deportiva del Barça. Llegan los partidos grandes; y a De Jong, por caché, salario y jerarquía, le toca dar la cara.

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