Los chavales de Arrasate

En Osasuna no hay estrellas, todos suman en el vestuario y Arrasate está dispuesto a dar minutos a jugadores con poca experiencia y a tirar de los menos habituales cuando es necesario. El pasado jueves, además de quedar apeados de la manera más cruel de la Conference League, sus jugadores más habituales acabaron agotados física y mentalmente. El de Berriatua reconocía en la previa del partido ante el Barcelona, que había varios jugadores con problemas físicos, como Rubén Peña o el capitán, David García. Por eso se esperaban cambios por mucho que fuera el Barcelona quien visitara El Sadar. Lo que tal vez no se esperaba es que el técnico rojillo apostara tan fuerte por los jugadores más jóvenes de la plantilla.

En el once no estaban hombres como David García, Torró o Budimir. Si aparecían en él, Areso, Herrando o Iker Muñoz. Chavales muy jóvenes y que acumulan poca experiencia en Primera División. Ahí estaban los chavales de Arrasate. Unos chavales que salieron a comerse el césped, que lo dieron todo, entre otras cosas la talla. Una vez más quedó demostrado que en Osasuna no hay equipo de titulares y equipo de suplentes. Todos, con más o menos galones, tienen su sitio. Y es que una de las claves de este equipo es que va más allá de ser un equipo. Es una familia, que se arropa en los malos momentos y en la que nadie es más que nadie, sino que van todos a una.

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