Los brotes verdes no son suficientes
Los destellos de Januzaj, Horkaš o Silva no le bastan a Las Palmas, que se hunde en la clasificación. McBurnie continúa perdiendo fuelle en ataque.
Se las prometía muy felices ayer Las Palmas cuando, nada más reanudarse el partido tras el descanso, Fabio Silva marcaba un gol estupendo tras una preciosa asistencia de Januzaj. Parecía que, esta vez sí, el equipo grancanario reaccionaba para poder conseguir su primera victoria del curso. Nada más lejos de la realidad. Al final, más cantidad de sal en una herida que no deja de sangrar: derrota por 3-1 en Villarreal, apenas tres puntos en ocho jornadas, ningún triunfo, último puesto de la clasificación…
Entre tanta desgracia anoche se vieron, al menos, algunos brotes verdes. Todavía insuficientes, bien podrían servir como un asidero para que Las Palmas espabile. Uno de las principales incógnitas estaba en la portería. No por su ocupante, que evidentemente sería Dinko Horkaš por la lesión de Cillessen, sino por la propia respuesta del portero croata en sus primeros minutos con la camiseta de la UD en partido oficial. Él mismo arrolló a Pepé cometiendo así un penalti que no valía la pena ni siquiera discutir, deteniéndole dicha pena máxima a Álex Baena. Ofreció además varias paradas de mucho mérito, como aquella mano salvadora a disparo de Sergi Cardona, ex de la propia UD.
Por su parte, ayer también se produjo un debut especial para Januzaj, en este caso como titular con la camiseta de Las Palmas, pegado casi siempre a la banda derecha, pudiendo sacar así a relucir esa bota zurda que bien poco había lucido en los últimos años. Si primero le ofreció la comentada asistencia a Fabio Silva, después lanzó un cañonazo que se estampó en el larguero de la portería de Diego Conde, que seguía con la mirada una pelota imposible de alcanzar por colocación y potencia del disparo. Fundido por el esfuerzo y la ambición competitiva, le cedió su lugar en el campo a Enzo Loiodice en el minuto 77.
También se vio sonreír en La Cerámica al delantero portugués Fabio Silva, que se confirma como la principal alternativa en el eje del ataque de su equipo por más que ayer compartieron quehaceres con McBurnie, que salvo un gran cabezazo que le sacó Conde, poco se supo de él. El gigantón escocés va perdiendo fuelle. Silva marcó ayer un elegante gol, el primero con su nuevo equipo, picando el balón por encima de Conde tras un espectacular control orientado posterior a la asistencia de Januzaj, que le mandó un beso volado con el exterior de su pie izquierdo. De momento, Las Palmas sigue teniendo algo a lo que agarrarse.
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