Los anhelos de Pellegrini y Lisci
Los técnicos de Betis y Osasuna lideran una batalla con deseos de asaltar la zona europea. El chileno quiere conocer su futuro. El italiano pretende dar luz al suyo. Vuelven Bellerín y Rosier.
Manuel Pellegrini y Alessio Lisci cruzan sus caminos en La Cartuja. Los 72 años del primero reflejan sabiduría y una carrera repleta de éxitos. Los 39 años del segundo avisan de una ambición que pretende elevar la historia de Osasuna. El chileno tiene poco que demostrar, pero mira al club verdiblanco para resolver el misterio sobre si seguirá siendo el técnico verdiblanco del mañana. Quiere dilucidar algo del futuro para mejorar el presente. El italiano, mientras, construye su propia aventura a su manera. Con las ansias de convencer y ser el técnico que siempre soñó ser. Tanto Betis como Osasuna, guiados por las personalidades arrolladoras de sus técnicos, miran a las alturas de la Liga para asentarse en ellas lo antes posible (sigue el partido de hoy en directo en As.com).
Pellegrini muestra su carta de presentación con una historia de cinco años sublime. Y quiere trazar las bases del sexto con la garantía de conocer qué ocurrirá a partir del próximo verano. Por mucho que el Betis insista en esperar. El chileno cambió la historia verdiblanca para siempre. Y quizás por ello active su derecho a tener respuestas anticipadas sobre su futuro. Lisci mira al mañana con la misma ilusión que hizo años atrás: En 2011 envió cartas a todos los clubes de la Liga para ofrecer sus servicios. Le respondió el Atlético de Madrid. Pero le convenció más el Levante, con el que debutaría en Primera diez años después siendo uno de los entrenadores más jóvenes de la Liga. Ahora sueña con elevar a Osasuna hasta aquellas cotas que rozó Arrasate. Y no piensa rendirse.
El Betis llega a la cita con ese halo de dudas alrededor de Pellegrini, pero con la satisfacción de vislumbrar mejorías en su fútbol. Preocupa la zaga, de la que siguen fuera Bartra y Llorente, pero ilusiona Amrabat con su equilibrio y emociona Fornals con su fútbol de salón. En La Cartuja ya aparece a base de pinceladas Antony. Lo hace al ralentí, pero evidenciando que incluso en su versión más comedida resulta una baza diferencial. Habrá rotación respecto al jueves, con Bellerín de vuelta y Riquelme o Cucho de regreso al once.
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Osasuna llega con menos descanso tras explotar virtudes y defectos ante el Elche. Boyomo es su líder defensivo mientras Lisci construye una red de presión que crece en cada partido. Víctor Muñoz amenaza con ser incisivo junto a un Budimir que sigue viviendo momentos de gloria desde el área. El exbético Raúl García le discute el sitio como nueve mientras se sigue añorando la ausencia de Aimar Oroz en la construcción. El que sí vuelve es Rosier. Muchos quieren demostrar más en la batalla de La Cartuja. Aunque no todos terminen sonriendo.
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