VALENCIA

Los 20 millones de Yunus no le sirven para reforzarse

El Valencia, de momento, solo puede destinar para incorporaciones la parte de salario y amortización que liberan las salidas de Cavani o Yunus.

David González

El Valencia apretó al Milan en la negociación con Yunus consciente de que a efectos de Fair Play la operación solo le sería rentable cuanto más ingresara de traspaso por el neoyorkino. Yunus se convertirá en las próximas horas en futbolista rossonero por una cifra de 20 millones más variables. Pero, a efectos de control financiero, la salida de Yunus solo deja de margen de Fair Play la parte proporcional de su salario, que era de los más bajos de la plantilla.

Yunus Musah

Los 20 millones que ingresará el club por su traspaso sirven para acercarse a la cifra de la media de “beneficio neto por ventas” de los últimos tres años, que en el caso del Valencia oscila entre los 25/30 millones. Esa cifra es la que el control financiero de LaLiga obliga a igualar antes de poder destinar lo ingresado por ventas de jugadores en nuevas incorporaciones. Es decir, el Valencia, hoy, solo puede reforzarse con el margen de coste de plantilla que dejan las salidas de Cavani y Yunus.

A efectos de “beneficio neto por ventas” en el presente ejercicio (2023/24) solo contabiliza lo ingresado por el traspaso de Fran Navarro del Gil Vicente al Oporto (el Valencia tenía un 30% de sus derechos, que se traduce en unos 2,2 millones), la parte que le corresponde por el mecanismo de solidaridad en los casos de Kang-in Lee y Sergio Canales (unos 900.000 euros) y los 20 millones de Yunus. Es decir, el Valencia todavía no ha llegado a la cifra media de los últimos tres años de beneficio neto de ventas y, por lo tanto, hasta entonces, solo podrá invertir en refuerzos lo que vaya liberando de salarios y amortizaciones.

El Valencia hizo caja con los traspasos de Kondogbia del Atlético de Madrid al Olympique de Marsella (1,2 millones por el 15%) y unos 4 millones de compensación por la salida de Neto del Barcelona rumbo al Bournemouth. Pero, dichos ingresos, operaciones realizadas con anterioridad al 1 de julio de 2023, contabilizan en las cuentas del ejercicio 2022/23. ¿Qué conlleva eso? Por una parte, en positivo, le permitió al Valencia aumentar su margen de coste de plantilla, de ahí que pudieran inscribir sin problemas a Cenk y Pepelu (además de por la salida de Herrerín y Lato), si bien, a su vez, en negativo, esos cinco millones aumentaron la media de beneficio neto de los últimos tres años.

El Valencia, hay que decir, está dentro del margen que le permite LaLiga destinar a coste de plantilla (alrededor de 75 millones). Evidentemente esa cifra sería mayor si sus ingresos ordinarios fueran superiores, pero estos se han visto reducidos en los últimos años por una gestión deportiva que le ha alejado de Europa y que ha reducido también sus ingresos de televisión por su clasificación en Primera División. Pero estar dentro del margen le permite, al menos, destinar el 100% de lo que libera de salario y amortización en nuevas inscripciones. Y con ese margen que ahora tiene es con el que tiene que ‘jugar’ para reforzar el equipo.

La disyuntiva en el contexto actual de Fair Play

Tal contexto de Fair Play implica ahora acertar con las decisiones y priorizar las necesidades. El Valencia tiene relativamente a tiro poder cerrar las operaciones de Sergi Canós y Selim Amallah. Pero a la espera de otras posibles ventas suculentas (Mamardashvili) o de salidas con las que poder hacer algo de caja y sobre todo liberar salarios (Cömert, Castillejo, Marcos André, Racic…), la dirección deportiva y el cuerpo técnico tienen que decidir cuál es la prioridad. Y sin Cavani, con Marcos André más fuera que dentro y Alberto Marí lesionado, el Valencia solo cuenta con un delantero para arrancar en 12 días la competición oficial: Hugo Duro. Si bien, el fichaje de un delantero, llámese Rafa Mir o Lucas Boyé, son operaciones que se salen del margen del que hoy dispone el club.

Lo más visto

Más noticias