BARCELONA

Lewandowski, en un mundo ideal

El polaco, que marca un gol cada 58 minutos, ha caído de pie en el Camp Nou, donde cumple ahora dos meses: “Estoy como un niño con zapatos nuevos”. Sus números han alejado las dudas del entorno por la edad del fichaje.

NurPhotoGetty

EI 20 de julio, el Barça organizó el “acto de bienvenida” de Robert Lewandowski. Fue en Fort Lauderdale, durante la gira estadounidense del equipo. No se le quiso llamar presentación porque la fiesta verdadera del fichaje, procedente del Bayern por unos 45 millones de euros, debía ser en el Camp Nou.

Sólo han pasado dos meses de aquella puesta en escena, pero da la sensación de que han pasado dos años, porque el delantero polaco ya se conoce el club de memoria. Y a sus compañeros. A Lewandowski, que cumplió 34 años en agosto, no le ha hecho falta ninguna adaptación. En ocho partidos ha marcado once goles. Supone un gol cada 58 minutos. Una media espectacular, similar a la de sus números en el Bayern, y que aleja los fantasmas y las reticencias que despertó el fichaje por la edad. Al menos, en este primer curso de los cuatro que firmó como jugador del Barça. De momento, sigue en la élite.

Lewandowski está interpretando justamente el papel que Xavi espera de él. Un goleador de élite que garantiza luchar por títulos; pero también un líder en el campo y el vestuario. Hacía años que el Barça había perdido toneladas de carácter. Podía tener referentes futbolísticos, pero pocos jugadores que impusieran respeto sobre el césped y tuvieran ascendencia con sus compañeros de puertas para afuera. Lewandowski es esa clase de jugador. Suficientemente humilde como para entrenar como uno más y no como un divo, pero también consciente de sus obligaciones como estrella para liderar grupos humanos. Para Xavi, encontrar este tipo de jugadores con personalidad era casi tan importante como tener al Bota de Oro. Para el técnico, encontrar un líder con carácter por línea es básico para el éxito esta temporada. En su opinión, deben ser Ter Stegen, Koundé, Busquets y Lewandowski. En el polaco, al menos de momento, ha encontrado el pack completo.

Parte del rendimiento inmediato también tiene que ver con el estado de ánimo del jugador. “Estoy como un niño con zapatos nuevos”, dijo el pasado lunes nada más llegar a la concentración de la selección de Polonia. Lewandowski, que ya vislumbraba un cambio en su carrera la pasada temporada y por eso comenzó a estudiar castellano hace meses, ha encajado perfectamente en la ciudad de Barcelona. Eso también formaba parte del plan para que todo fuese más fácil. Su esposa, Anna Lewandowska, está encantada en la ciudad. Y sus hijas pequeñas, Klara y Laura, ya presumen de camiseta del Barça... Es obvio que el entorno familiar está ayudando al jugador en su adaptación.

Lewandowski, que además de jugar ha querido apadrinar a jugadores como Dembélé o Ansu, firmó un estreno de ensueño en la Champions, con tres goles al Viktoria Plzen, y también ha hecho goles en partidos de dificultad elevada (Reale Arena, Sánchez Pizjuán). De momento, su único pinchazo como jugador del Barça fue, paradójicamente o no, en su casa. Era un partido con demasiadas emociones encontradas para el jugador polaco, que falló dos ocasiones cantadas de las que al menos, y simplemente por estadística, suele clavar una. Más allá de eso, Lewandowski tiene su primer gran test como jugador del Barça en octubre. El Clásico, y los dos partidos contra el Inter, demostrarán la dimensión mundial actual del jugador.

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