Lewandowski alarga las dudas
El delantero polaco puso fin a su sequía pero otra vez estuvo desconectado y perdonó el empate a tres.
Ni un futbolista tan indiscutible como Robert Lewandowski se escapa de los debates que se generan alrededor del Barça. El trofeo pichichi logrado la temporada pasada gracias a sus 23 goles en la Liga ya es pasado y al polaco se le exige que responda a su historial y a su imagen de goleador intratable que arrastra desde sus años en Alemania, en el Borussia Dortmund y especialmente en el Bayern de Múnich, pero también en un primer año en el Barça estratosférico, sobre todo en el primer tramo, justo antes del Mundial.
Y, por eso, a Lewandowski quizá se lo juzga más por lo que ha sido y hecho por lo que puede ofrecer en estos momentos. No ha tenido inicio excelente este año pero sigue siendo el máximo goleador del equipo, con ocho goles en LaLiga esta temporada (9 en todas las competiciones) y tres asistencias de gol. Pero todo el mundo espera más de él. Mucho más.
Hasta el propio club ha priorizado la llegada de otro delantero centro, Vitor Roque, en el mercado de invierno antes que reforzar el centro del campo después de la lesión de Gavi. Detecta la dirección deportiva falta de gol y no se duda (todavía) del polaco, tampoco Xavi, pero prefieren cubrirse las espaldas por que el rendimiento del polaco no acaba de convencer. Ante el Girona puso fin a su sequía goleadora (volvió a marcar después de su doblete ante el Alavés) pero las sensaciones que transmitió no son las mejores.
Si ante el Atlético dispuso de oportunidades -falló cuatro de claras- contra los gerundenses se le vio otra vez más desconectado del equipo. Fue el que más se alzó para rematar el córner botado por Raphinha que supuso el empate momentáneo pero le faltó jerarquía para exigir que una falta para un diestro la lanzara un zurdo. Un gesto que no le agradó demasiado (se vieron las quejas por televisión) pero que quedó en nada.
El de Girona fue otro partido como tantos otros de esta temporada. Le llegaron pocos balones y le faltó acierto. Marcó, eso sí, en una de las pocas que tuvo, pero falló en un remate franco que hubiese significado el empate a tres. Justo después llegó el 2-4, de Stuani, otro viejo rockero que está viviendo un momento muy dulce a nivel goleador.
Después de la derrota ante el Girona, los debates alrededor de Lewandowski seguirán creciendo. Sigue el polaco sin sentirse plenamente cómodo sobre el campo y son muchos los que piensan que difícilmente podrá mejorar sus prestaciones. Poner fin a las dudas está en sus manos.