Lewandowski, a lo Romario, va a por los 30 goles
Empieza la segunda vuelta con 14 goles en 16 partidos. El polaco admitió que los 30 “no estarían mal” para ser su primera temporada en LaLiga. En los últimos cuatro choques ligueros sólo ha hecho un gol.
“No estaría mal”, dijo Robert Lewandowski esta Navidad a Mundo Deportivo cuando le preguntaron en una entrevista si firmaba los 30 goles en la Liga en su primera temporada en el fútbol español. La cifra no es una más para el barcelonismo, que siempre recuerda con cariño aquella temporada 1993-94 en la que aterrizó Romario. El brasileño, ni corto ni perezoso, prometió 30 goles el día de su presentación. No eran cifras habituales en aquellos tiempos, pero el aprendiz de Roberto Dinamita cumplió a rajatabla y en la última jornada de Liga contra el Sevilla, la del éxtasis después del penalti fallado por Djukic en Riazor, se inventó un golazó después de dejar pasar la pelota bajo sus piernas y soltar un estacazo con el que no pudo Unzué. Aquellos 30 goles, hat-trick al Madrid incluido, entraron en el imaginario azulgrana por más que luego Ronaldo firmarse algunos más (34) en su primera temporada con el Barça.
El desafío está servido para Lewandowski, que ha cerrado la primera vuelta con 14 goles en 16 partidos después de un pequeño bajón. Antes de cumplir la sanción, estuvo tres jornadas sin marcar (Almería, Osasuna, Espanyol) y recuperó el olfato en el Villamarín ante el Betis. En el último mes ha dado la sensación de no estar en su mejor momento físico. Tal vez, la resaca del Mundial. Pero aun así ha tenido momentos brillantes. En la Supercopa, marcó en la semifinal contra el Betis el 1-0 y hubiera firmado el 2-1 definitivo si no lo hubiera impedido el sistema de fuera juego semiautomático. Contra el Madrid, además, intervino en los tres goles: asistió en el primer de Gavi, marcó el 2-0 e inició la jugada del tercero de Pedri. En conclusión, el polaco está siempre.
Su promedio, 0,875 goles por partido en Liga, convierte en posible su objetivo de hacer 30 en su primera temporada en la Liga. Más allá de eso, Lewandowski aterrizó en Barcelona para ganar títulos y devolverle la hegemonía al Barça. Eliminado de la Champions antes de tiempo, su obsesión es arrebatarle la Liga al Madrid. De ahí que su liderazgo esté yendo más allá del campo. En el vestuario mantiene, como Xavi, que en Can Barça sólo vale ganar.