ATLÉTICO

Le Normand, objetivo Valladolid: las claves de la recuperación

La reabsorción del edema en el cerebro que el central sufrió tras su golpe con Tchouaméni está al 90%. En diez días se espera su incorporación total. Con casco.

PEPE ANDRESDiarioAS

“Un pequeño paso para un hombre, un gran paso para el Atleti”. La frase que el astronauta Neil Armstrong pronunció en 1969 al posar su pie izquierdo sobre la luna serviría para resumir el entrenamiento del Atleti de ayer. Y es que Robin Le Normand (28 años) ha vuelto al grupo. Un rato, quince minutos, pero al menos ya algo. El Atlético espera que pueda reincorporarse como uno más para el partido en Valladolid, el tercero después de este parón. Aunque lo haga con casco.

Porque sí, así deberá jugar parte de la temporada el central francés nacionalizado español: con protección en su cabeza para evitar golpes que puedan afectar a la zona en la que el 29 de septiembre, en el partido entre el Atlético y el Madrid de Liga, recibió un golpe fortuito en un lance con Tchouaméni. Terminó el partido, pero el impacto fue tal que le abrió el cráneo y le produjo un traumatismo craneoencefálico (TCE) con hematoma subdural. El hueso del cráneo, aunque aparatoso, al final cicatriza. Lo peligroso es el edema. Que no se reabsorba al completo y que, con cualquier subida de pulsaciones o cualquier actividad que inicies, se reproduzca otra vez. Peligroso y grave. De ahí que el Atlético con Le Normand vaya en esto con pasos de gato.

De ahí éste de ayer. La reincorporación “progresiva” en el trabajo en el grupo. Ayer fueron esos quince minutos de carrera continua. Un ejercicio sin balón, sin la posibilidad de que pueda tener un impacto con nadie, sin que nada pueda alterar o desbaratar lo poco que le falta para que ese hematoma subdural se quede para siempre enterrado en el pasado. Algo que forma parte de las dos velocidades a las que se está trabajando su regreso. La primera, sin perder ojo a ese edema y la cicatrización del cráneo, con pruebas específicas y casi diarias en las que participan, además de los servicios médicos del club, neurólogos especializados y que está ya casi a un 90% de la recuperación completa. La segunda, a nivel meramente físico, una parte en la que Le Normand no ha perdido el tono ni fuerza, en el que lleva trabajando semanas y en el que ya listo para competir.

Una recuperación larga y “sin ruidos”

Se espera que en ocho, diez días las dos velocidades se encuentren, marcadas porque ese edema esté reabsorbido al cien por cien y la cicatriz del cráneo por completo cerrada, y el central pueda volver a los entrenamientos de manera completa y con ese casco que los doctores ya han preparado para él. Una protección como la que han llevado el portero Petr Cech o Gavi y a la que los futbolistas deben acostumbrarse y adaptarse. El partido del sábado 30 de noviembre en Valladolid es el marcado por el cuerpo técnico para su regreso, aunque podría, incluso, estar disponible ante el Sparta de Praga en Champions, el martes 26. En los ocho partidos que jugó antes del golpe, el Atleti no perdió y logró cinco porterías a cero.

El proceso de recuperación ha sido largo y se inició con dos semanas en las que el futbolista ni pisó por el Cerro. En casa, mientras iba respondiendo a pequeños estímulos. Sin apenas ruido al principio, sin demasiada gente alrededor, para no perturbarle. Comenzando a entrenar, a ir probándose, y cada dos días con esas pruebas médicas con supervisión de los neurólogos para ir dando pasos. Con tiento pero los adecuados. Pequeños para el futbolista pero a la vez tan, tan grandes para todos.

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