Las últimas horas de Valverde en Yeda

Es posible que pocos resumiesen tan bien como Piqué en el documental Matchday todo lo que Ernesto Valverde tuvo que soportar en sus dos años y medio en el Barça. “Le dijimos que íbamos a ir de fiesta en Nueva York (el famoso día del “Se queda” de Neymar). Él no lo entendía. Tuvimos hasta cinco reuniones para que entendiese que necesitábamos salir un día. Quisiera o no, lo íbamos a hacer”. Los silencios del Txingurri sobre ese vestuario tienen un libro. Valverde fue destituido como entrenador del Barça cuatro días después de perder de manera injusta en Yeda la semifinal de la Supercopa contra el Atlético. Hoy vuelve al lugar de los hechos. El Barça, por entonces, era líder de la Liga, una imprudencia de Bartomeu sólo comparable a la de Ramón Mendoza cuando echó a Antic para repescar a Leo Beenhakker en 1992.

En sus dos primeras temporadas, Valverde había ganado dos Ligas, una Copa y una Supercopa tragándose el sapo de Neymar (“parece que sigue aquí”. bromeaba con la gente porque se lo encontraba cada dos por en el vestuario pese a que supuestamente había salido a tiros del Barça). Valverde fue el saco fácil al que pegar por las derrotas en Roma y Liverpool.

Sus últimos días en Arabia fueron difíciles. Antes incluso de la semifinal, Bartomeu tuvo una reunión con los capitanes (Messi, Busquets, Piqué y Sergi Roberto), que tampoco lo tenían demasiado claro. Messi siempre tuvo una buena relación con el Txingurri. Y aunque a Busquets le dolió verse en el banquillo en la primera jornada de aquella temporada en San Mamés, que se tomó como la víctima de un intento de cambio de ciclo (Aleñá jugó en su lugar), los futbolistas tampoco le bajaron el pulgar hasta que comprobaron los nervios de Bartomeu y, sobre todo, recibieron mensajes desde Qatar con la firma de Xavi, loco por fichar. Fue entonces cuando se desató todo. El entonces presidente envió a Doha en una operación especial, a Eric Abidal y Óscar Grau. El viaje se filtró y, además, se estrellaron. La salida para Xavi en el Al Sadd no era tan sencilla y la lista de peticiones que incluía era interminable. Así que el Barça despidió con dudosas formas a Valverde; y se vio compuesto y sin entrenador. Las alternativas, Pochettino o Setién, sonaron flojas. Los capitanes dieron su OK al cántabro. Lo que vino después fue un 2-8.

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