Las cinco diferencias capitales entre Espanyol y Real Sociedad

En la temporada 2017-18, el Espanyol iniciaba la segunda temporada con Quique Sánchez Flores en el banquillo y Chen Yansheng en la presidencia con un límite salarial de 61 millones y el deseo de dar un salto en la clasificación. La Real Sociedad, por su parte, contaba con unos recursos similares a los blanquiazules (65) y tuvo que tirar del entrenador del filial, Imanol Alguacil, para reconducir la situación del equipo. Más de cinco años después, los donostiarras tienen ahora un límite casi el doble (134) que el del club perico (73), y mientras los primeros pelean por jugar la Champions, los segundos lo hacen por evitar el descenso, al que ya cayeron en el curso 2020-21. Estas son las principales diferencias entre cada entidad.

-Modelo de juego identificado. Lo dijo Diego Martínez en sala de prensa, cuando habló de que la Real Sociedad es un equipo con “identidad”. Desde que Roberto Olabe accedió a la dirección deportiva de la entidad ‘txuri-urdin’, la Real ha apostado por una manera de jugar clara y ha tomado todas las decisiones acorde con sus intenciones a la hora de escoger jugadores, técnicos y de dar salida a los canteranos. No ha ocurrido lo mismo en el Espanyol, que desde 2017 ha contado con distintos directores deportivos, desde Jordi Lardín a Óscar Perarnau, con Francisco Rufete y ahora Domingo Catoira. Solamente en la época de Perarnau el primer equipo contó con un modelo de juego más identificativo. Diego Martínez habla este curso de un Espanyol “camaleónico”.

-”El banquillo más seguro de Primera”. La frase es de un conocido periodista donostiarra, que define lo que representa Imanol Alguacil, que procede del filial. Un entrenador que entendió desde el primer momento esa manera de jugar y que trabajó codo con codo con la dirección deportiva a la hora de confiar en los canteranos y mejorar cada temporada las carencias que podía tener la plantilla y aquellos conceptos del juego más débiles. Si la Real se caracterizó al comienzo por ser un equipo alegre y de mucha posesión, a ahora se le añade que es un seguro en defensa y apenas recibe goles. El Espanyol ha quemado entrenadores. De Quique Sánchez Flores a Rubi, pasando por Pablo Machín, David Gallego, Abelardo Fernández, Vicente Moreno... Una larga lista con modelos de juego diferentes y con técnicos que han tenido más peso en las decisiones que el propio club.

-Acierto de la “unidad de reclutamiento”. La confianza ciega de Olabe en Alguacil es la misma que deposita en su secretaría técnica. “Está formado por auténticos ‘freaks’ del fútbol”, añade un conocedor del funcionamiento de la entidad. Más allá del conocimiento del mercado, la Real valora que las piezas encajen en el modelo y ha sabido explorar mercados como el nórdico, poco profundo hasta la llegada jugadores como Sorloth o Isaak. La misma energía en los fichajes se ha trasladado también a las ventas, como la del delantero sueco, traspasado por 70 millones este verano. Del Espanyol se pueden extraer muchas conclusiones en estos mercados. Hay aciertos como los de Borja Iglesias o Mario Hermoso, también Sergi Darder, pero quizás el resumen de la falta de acierto y el dispendio se resume en el gasto por centrales: Cabrera, Calero y César Montes suman 26,5 millones.

-Lo primero es mirar a la cantera. Hasta 17 canteranos han debutado con la Real Sociedad esta temporada, mientras que después de la marcha de Pol Lozano solamente quedan cinco en la primera plantilla del Espanyol y Adrià Pedrosa se irá libre este junio. Todos los puntos anteriores convergen en la cantera, cuyo buen trabajo ha provocado que los jóvenes no quieran irse al Athletic y quieran seguir el camino de Xavi Prieto u Oyarzábal. Jugadores que conocen el modelo de juego y un entrenador que conoce la idiosincrasia de la entidad. El club perico tiene al filial en la Segunda RFEF y a los canteranos les cuesta asentarse y que confíen en ellos. Pol Lozano y Víctor Gómez están fuera mientras que el club apostó por Óscar Gil y ahora por Jose Gragera.

-Gestión económica y social ejemplar. En la temporada 2017-18 la Real Sociedad tenía 24.788 socios, una cifra similar a los que habitualmente y después del descenso de los dos primeros cursos hay en Cornellà-El Prat. No siquiera el año de la clasificación europea fue un trampolín para el crecimiento social perico. La remodelación del estadio de Anoeta se la tuvo que pagar el club donostiarra con el dinero generado en las ventas de jugadores y también en el crecimiento social, pues ahora mismo se ha llegado al tope de socios, 37.854. El club, además, aún se ha podido guardar hasta 50 millones por la venta de Isaak y no ha perdido nivel competitivo. El Espanyol también quiere solo gastar lo que genera, pero en cada mercado hay inconvenientes y el primer equipo se ha quedado descapitalizado.

Este lunes se miden las caras. Los clubes de las cinco diferencias capitales (21:00).