La vida sigue igual en el Espanyol
El gol de Miranchuk, tras superar el Torino la presión alta de los pericos, vuelve a exhibir los defectos de un equipo intenso, bienintencionado, con un Joselu afilado pero al que no le llegó.
Tan intenso como ineficaz. Tan bienintencionado como estéril. Vaso lleno o medio vacío. Así era el Espanyol antes del obligado parón mundialista y así ha regresado, en su primer compromiso de esta inusitada pretemporada. Ante el Torino, un rival más que parejo por historia y clasificación en la Serie A italiana, mostró el equipo de Diego Martínez sus virtudes y defectos. Como un puñado de ocasiones, sobre todo de Joselu, que acabaron en nada. Y como una lucha y presión alta que le salió rana, pues de ahí nació el único gol del encuentro, de Miranchuk. Un amistoso al fin y al cabo para evidenciar, eso sí, que el paciente necesita mejorar. Y fichar.
Hacía presagiar la baja de Darder, aquejado de un proceso vírico en las últimas horas, que al equipo le faltaría rock’n roll en el mediocampo. Y no faltaron evidencias. No fue la del capitán la única ausencia de un Espanyol que tampoco pudo contar con Puado, por un golpe en el tobillo, ni con los convalecientes Rubén Sánchez, Luca, Villahermosa ni Gori. Con lo que sí contó el Espanyol fue con llegadas, esporádicas pero afiladas, con Melamed y Joselu como claros protagonistas aún con el empate a cero. Si el canterano se topó con Berisha, el gol lo tuvo a milímetros el máximo artillero perico en un chut con el que sacó chispas la cruceta de la portería.
Pero no fue el equipo de Diego Martínez, sino el Torino, el que se adelantó. Y haciendo beber a los blanquiazules de su propia medicina, ya que tras ejercer una presión alta se descompensaron atrás y permitieron a Miranchuk pasearse por la frontal sin problemas, por lo que tuvo tiempo para trazar una diagonal y superar sin excesivos problemas a Álvaro Fernández.
Ya con Joan García, quien no jugaba desde la pretemporada (la de verano), trató el Espanyol de ser algo menos reactivo. Y le ayudó el hecho de que Ivan Juric, que ya de entrada no había podido contar con sus cinco mundialistas, como su compatriota Niko Vlasic, programara cambios en tromba para la última media hora, con casi todo el equipo primavera, el filial, sobre el terreno de juego. Antes, en el 53′, había disparado el exbético Sanabria con tanta intención que el esférico se marchó rozando el palo. La réplica la ofreció Joselu, quién si no, con un punzante tiro de falta.
Fueron transcurriendo los minutos finales, con el retorno de Braithwaite tras la Copa del Mundo, y con los debuts de Roger Martínez y de un Abde que se topó hasta dos veces con Djidji, sacando el balón de la línea de gol, antes de que Simo exigiese también al portero Gemello, en el arreón final por buscar el empate de un Espanyol tan tibio como el que se marchó de vacaciones tras pasar ronda en la Copa del Rey ante el CD Rincón, de sexta categoría. Esta vez el rival era todo un histórico, el noveno clasificado en la Serie A italiana, y se trataba de un amistoso. Habrá que esperar días mejores.
Ficha técnica
Espanyol-0: Álvaro (Joan, 46′); Óscar Gil (Simo, 73′), Sergi Gómez (Calero, 46′), Cabrera, Brian Oliván (Omar, 73′); Vini Souza (Abde, 79′), Keidi Bare; Melamed (Aleix Vidal, 46′), Expósito (Roger, 73′), Lazo (Dani Gómez, 59′); Joselu (Braithwaite, 79′).
Torino-1: Berisha (Gemello, 61′); Zima (Djidji, 46′), Schuurs (Adopo, 61′), Buongiorno (Gineitis, 61′); Bayeye (N’Guessan, 61′), Ricci (Antolini, 61′), Ilkhan (Wade, 61′), Lazaro (Garbett, 61′); Miranchuk (Seck, 61′), Karamoh (Caccavo, 61′); Sanabria (Dembele, 61′).
Goles: 0-1 (39′) Miranchuk.
Árbitro: Campos Salinas, Murcia. Amonestó a Lázaro (44′), Roger (82′).
Estadio: Pinatar Arena.