La Real destroza el ‘efecto Marcelino’

La Real Sociedad destrozó el ‘efecto Marcelino’. Con una primera parte casi perfecta, el bloque de Imanol desarboló al Villarreal y dejó el partido sentenciado en los últimos diez minutos de la primera parte. Un repaso. Los jugadores amarillos nunca supieron superar una presión alta de la Real que dificultó al equipo amarillo desde el pitido inicial. Los hombres de Marcelino se vieron incapaces de sacar el balón de atrás y los de Imanol recuperaban cada vez más arriba, con el consiguiente peligro para el marco de Jorgensen. El balón parado acabó de rematar al Submarino.

Con sólo ocho minutos jugados, dos recuperaciones blanquiazules en zonas peligrosas acabaron con ocasiones muy claras. En ambas, estuvo firme Jorgensen. La primera, tras un gran cabezazo de Merino. Y la segunda, a disparo de Sadiq. El Villarreal lo intentaba de manera directa. Una acción de Altimira por banda y una combinación entre Gerard y Morales fueron sus acciones más peligrosas pero la zaga txuri-urdin solventó sin demasiados apuros. Con el paso de los minutos y con la salida de Brais, lesionado, incluso parecía que el Submarino capeaba el temporal. Pero no contaban con el balón parado.

La Real es el equipo que más marca en esta situación del juego. Y lo demostró en cuatro minutos. Primero Merino se adelantó a Jorgensen, de cabeza, tras un córner botado por Kubo. Y en el siguiente saque de esquina, Kubo cambió, la tocó en corto para Zakharyan en la frontal y este disparó duro. Zubimendi, en el área pequeña remachó. Pero no acabó aquí la pesadilla para el Villarreal. Porque la Real también tiene portero. Remiro negó el gol a Parejo y Gerard con una doble intervención. Y en la última jugada de la primera parte, Albiol la volvió a perder en la salida, Merino cedió a Kubo y este fusiló.

El Villarreal salió, tras el descanso, con otro ritmo. Pero a esta Real es difícil remontarle. Incluso pudo marcar Sadiq el cuarto, en un mano a mano en el que se encontró con Jorgensen. No era el día amarillo. Akhomach, Baena y Gerard, de vaselina, pudieron marcar el gol del honor aunque esto aún causó más frustración.

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