La portería de Schrödinger
La fórmula de “dos titulares” sienta mal tanto a Lunin como a Kepa: desde la rotación, encajan 1,5 goles. Ambos vienen de fallar en los derbis, alimentando el runrún. Asunto enquistado.
Ancelotti no se decide y sus porteros, no convencen. Es la portería de Schrödinger: ambos son titulares y, a la vez, suplentes. Pero la fórmula no funciona. O, al menos, no está funcionando. Ninguno termina de estar cómodo en esa rotación tan volátil como la dinamita y, entre la afición, florece el sentimiento de que debe jugar uno. Sea cual sea, pero que esta situación es insostenible durante cinco meses. Que la regularidad es básica para un portero y, sin ella, llueve sobre mojado en un debate que permanece en boca de todos. Que más que un caso abierto, ya es enquistado.
Ambos han tenido en una semana la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa y la han desaprovechado. Para Kepa la bala al aire fue en Arabia: las semifinales de la Supercopa frente al Atleti. Precisamente, en un derbi. Ancelotti lo escogió como guardián, en lo que pareció un movimiento determinante: si a la hora de jugarte un título, ganas el pulso, eso dice mucho. Pero Kepa cometió un error flagrante que pudo costar la competición y, por lo pronto, le costó la final. Salió caro.
Volvió Lunin. Titular hasta ayer, cuando llegó la hora de demostrar que su derbi podía ser muy diferente al de su compañero. Pero bajo el diluvio del Metropolitano, agua. Andriy pudo hacer más en el primer gol, donde salió tapando demasiado poco espacio. Pero, sobre todo, falló en el 2-1, saliendo mal y tarde a por un centro raso que, en vez de blocar, acabó despejando contra un compañero y extendiendo la alfombra roja para Morata, que sólo tuvo que correr y empujar. Más murmullos. Más incertidumbre.
Cruz y cruz
Ambos siguen caminando por una cuerda floja que tiene en vilo a la afición. Tuvieron sus oportunidades y patinaron. Y ahora... ¿Qué? Pues por lo pronto, volverá Kepa, como confirmó Ancelotti en la zona mixta del Metropolitano. Titular frente al Almería y continuidad a una rotación que no termina de sentar bien a ninguno. Cada uno ha jugado cuatro de los últimos ocho partidos, sin buenos números: seis goles encajados por parte de Andriy y otros seis, de Arrizabalaga (a 1,5 por velada).
Por ahora quien más ha jugado es Kepa, titular en 17 partidos (acumula 1.560′), por 12 de Lunin (1.110′). El cara a cara es bastante parejo. Teniendo en cuenta que ambos promedian 2,5 paradas por partido, Lunin tiene mejor porcentaje (detiene el 83% de los tiros que le hacen por un 79% de Kepa). El ucraniano encaja cada 101 minutos (lleva 11 goles en contra), mientras que el de Ondárroa, cada 98 minutos (16 goles en contra). Donde sí se aventaja Lunin es en el juego de pies: 89% de acierto en pases, por el 82% de Kepa. Un pequeño esprint en una carrera igualadísima. Casi se calcan los números y, a la vez, el amargo de sus sensaciones. Ninguno termina de convencer a Ancelotti, que no se decide. El caso sigue abierto: tiene dos titulares. Erwin Schrödinger sonreiría.
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