Espanyol

La penitencia de Pere Milla

El futbolista, casi sin oportunidades, fue silbado por el público cuando entró ante Osasuna

Andreu DalmauEFE

No está siendo ni será una temporada fácil para el Espanyol, pero menos aún para Pere Milla. El catalán llegó al conjunto perico en verano de 2023 a cambio de 2′5 millones de euros en el primer mercado que comandó Frean Garagarza, y su situación actual es cuanto menos complicada. Con contrato hasta 2027, las oportunidades de jugar se han reducido mucho y su rendimiento en el terreno de juego ha dejado que desear. Tanto, que una parte importante de la afición le silbó cuando entró al terreno de juego en la segunda parte contra Osasuna.

Hasta ahora la participación de Milla está siendo muy pequeña. Había disputado solo 206 minutos repartidos en siete partidos de Liga, jugando como máximo media parte entera (ante el Athletic Club). Antes de este fin de semana, donde volvió a tener minutos contra Osasuna, llevaba cuatro partidos sin jugar, habiéndose quedado contra el Celta directamente fuera de la convocatoria. No es un jugador importante, eso es evidente, pero tampoco está completamente desahuciado pues Manolo le ha ido dando oportunidades en los tramos finales de los partidos. Oportunidades que no ha aprovechado.

Los pitos que escuchó el futbolista ante Osasuna son la muestra del hartazgo de parte de la afición no tanto con él en concreto, sino con la situación del club en general. Milla está pagando los platos rotos. Obviamente su rendimiento está lejos de ser el esperado, pero tampoco es el culpable ni mucho menos de la situación que atraviesa la entidad. Es, de alguna manera, el chivo expiatorio, el jugador en el que se concentran las críticas que van mucho más allá del rendimiento individual de un futbolista.

Milla, eso sí, cuenta con el apoyo del cuerpo técnico y de sus compañeros. Pol Lozano, tras el duelo ante Osasuna, aseguró que “es duro entrar en el campo y que ya te piten” y recalcó que “es difícil jugar con esta carga”. Manolo, por su parte, explicó que “los pitos me saben mal. El público es soberano pero es un jugador nuestro. Intenta ayudar aunque no le salga todo bien. No es fácil jugar en esas condiciones”, dijo el técnico.

La situación, sin embargo, puede cambiar. Ya lo hizo el año pasado. Con Manolo en el banquillo Milla pasó a jugar por banda izquierda, incluso de lateral, con un resultado más que aceptable. Fue, de hecho, clave en el ascenso que logró el club blanquiazul. Redimirse y volver a contra con el aplauso del público está complicado, pero no es imposible.

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